Entre los días 5 y 9 de octubre estuvimos en Almoloya de Juárez, Estado de México, apoyando el proceso de formación de un proyecto de prevención de violencia, fruto de la invitación que la organización mexicana SABER SE hiciera a EDEX. Esta actuación formativa estaba enmarcada en la política del Gobierno Federal que tiene como objetivo lograr que las escuelas sean espacios de convivencia segura y saludable. Las intervenciones se llevaron a cabo en dos escuelas: la secundaria Oficial “Manuel José Othón”, en San Francisco, Tlalcilalcalpan y la secundaria Federal “Rufino Tamayo”, Fraccionamiento Colinas del Sol.
En ambas escuelas se intervino en los tres colectivos que forman la comunidad escolar: Alumnado, Profesorado y Familia. En todos los casos, se trabajaron Competencias Psicosociales como facilitadoras de la convivencia, a través de una Metodología activa y participativa con formato de Talleres teórico-prácticos, priorizando en cada colectivo diferentes programas creados por EDEX, aplicados en ocasiones anteriores en México y otros países de la región: Retomemos, con el alumnado, desarrollo de Habilidades para la Vida aplicadas a la docencia, con el profesorado y 10 Pasos, con madres y padres.
Jóvenes que se revelan
En los Talleres con el alumnado participaron un total de 520 chicos y chicas de 1º y 3º de Secundaria. En uno los grupos se mostraron muy correctos y educados pero con una cierta sumisión a las figuras de autoridad, por lo que al principio hubo que “tirarles un poco de la lengua” para que participaran. Una vez que entraron en las dinámicas planteadas todo fue más fluido y espontáneo. En el otro centro, los grupos se manifestaron un poco más inquietos y expresivos, y desde el comienzo mismo de los talleres dieron mucho juego, se mostraron reivindicativos respecto a las carencias que observaban en la escuela y aportaron ideas muy creativas.
En ambos centros, los grupos dieron muestras de su capacidad y se fueron revelando (sí, así con V) a medida que avanzó el taller. De ello dieron muestra algunos tutores y directores que decidieron participar de los talleres, quienes, además de agradecer nuestra participación, mostraron su sorpresa por la “otra versión” que habían podido comprobar de algunos de sus alumnos, muy diferente a la que diariamente observaban en sus clases.
Docentes que quieren más
También con el profesorado se tuvo sesiones muy amenas y constructivas, donde se trabajaron habilidades de comunicación con adolescentes y criterios de coordinación Familia-Escuela. Fueron un total de 84 las personas que asistieron. Al finalizar uno de los encuentros, algunos pidieron prolongar la sesión para trabajar en torno a determinada situación conflictiva que, de forma recurrente, se daba en la relación con algunos alumnos. Querían más, necesitaban más y ese pedido dejaba en claro la pertinencia del tema trabajado.
Casas llenas de familias
En la sesión con familias en el “Manuel José Othón” la asistencia rebasó todas las expectativas, ya que fueron más de 200 madres y padres los que se dieron cita, teniendo que habilitar un espacio que posibilitara la celebración de la actividad en unas condiciones adecuadas. A pesar de ello, la participación fue muy buena, tanto durante el desarrollo de la misma, como en el debate final. En la sesión también participaron varios tutores y el director de la escuela.
Por su parte, en la Escuela Rufino Tamayo se celebró un Taller en el que trabajaron de manera conjunta las Familias y el Profesorado. La experiencia, que no deja de ser novedosa, resultó todo un éxito ya que, mediante dinámicas grupales, se entremezclaran ambos referentes educativos. La interacción se completó en grupos de discusión que después hacían la devolución de su trabajo al grupo grande en debates plenarios. Hay que resaltar y agradecer la participación activa en el taller tanto de la directora como del subdirector de la escuela, que trabajaron como uno más codo con codo con padres y resto del profesorado. Con su presencia refrendaron ante los padres el compromiso del centro con el proyecto preventivo presentado.
Una experiencia a todo dar
Me correspondió la suerte de dinamizar estos talleres y resultó una de las experiencias más gratas y enriquecedoras de toda mi carrera profesional. Tanto los docentes como las madres y padres y, muy especialmente el alumnado, se mostraron en todo momento, además de colaboradores activos, enormemente agradecidos por haberles dedicado nuestro tiempo y esfuerzo. Para quien, como es mi caso, centra su trabajo en tareas de formación, esta es la mejor recompensa que puede recibir.
Todo un honor y privilegio que me gustaría repetir, y que quiero agradecer a todas las personas e instituciones que lo hicieron posible, en particular al equipo de SABER SE, que me colmó de atenciones. Gracias.
Hilario Garrudo
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