El pasado mes de abril publicamos en el blog la entrada Habilidades para la vida y salud laboral: herramientas para afrontar la incertidumbre. En ella hacíamos referencia a algunos de los cambios experimentados en los últimos tiempos en el mundo del trabajo que están alimentando un desasosiego creciente: precariado, edadismo, robotización…
Si nos centramos en la profesión docente, es preciso reconocer que ha sido tradicionalmente una de las que más ha padecido riesgos psicosociales de diversa naturaleza. Asociados a múltiples factores que sería demasiado prolijo enumerar, tienen como consecuencia dosis elevadas de malestar que afectan a una parte nada desdeñable de este colectivo. A la elevada responsabilidad que socialmente se asigna a la escuela, viene a sumarse el desconcierto que genera en no pocas ocasiones la merma sufrida en la valoración social de la profesión.
Además, cabría citar las relaciones con las familias, no siempre caracterizadas por la colaboración; la presencia en las aulas de una diversidad a veces compleja de manejar; el propio espacio escolar como pantalla en la que se proyectan todos los conflictos que la sociedad no ha resuelto (relacionadas con la diversidad cultural, el género, la desmotivación, las drogas…); el desgaste al que dan lugar las reformas y contrarreformas periódicas… Una paleta con demasiados colores como para no sufrir en el intento (siquiera de vez en cuando).
Es evidente que estos factores son contextuales, estructurales, relacionados con el funcionamiento actual del sistema educativo. No se trata de malestares individuales que puedan capearse en soledad. Sin embargo, no es menos cierto que la destreza en el manejo de ciertas habilidades puede contribuir a afrontar tales situaciones de una manera más equilibrada y menos dolorosa. Hablamos de las habilidades para la vida. Habilidades para pensar de manera innovadora, como el pensamiento creativo y el pensamiento crítico; habilidades para desarrollar el equilibrio emocional, como la empatía o el manejo de emociones; habilidades para relacionarse, trabajar en equipo, e interactuar positivamente con los diversos colectivos que se dan cita en torno a la escuela… Habilidades que permitan a maestras y maestros vivir con mayor armonía y disfrutar más de su actividad profesional.
De todo esto hablamos en Educar para contarlo. Prevención de riesgos psicosociales en la profesión docente. Una guía que presenta los principales riesgos que afectan al profesorado, así como las habilidades que pueden contribuir a prevenirlos y hacerles frente de manera saludable. Todo ello, de acuerdo con esta estructura:
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