El 24 de julio de 2019, Alcira Castillo, q.e.p.d., crea un punto de encuentro entre la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, promovida por Fundación EDEX y la Oficina de Bienestar y Salud de la Universidad de Costa Rica. Ese día, gracias a esta amiga y profesional tan significativa en todo el trabajo de promoción de la salud, comienza a escribirse esta historia conjunta.
En esa fecha, que a hoy parece tan sólo hace unos meses, gozamos de una “Fiesta de la conversación” y reaprendemos el sentido de palabras como posibilidades, entrenamiento, implicarse, interacción, juego, empoderamiento, acción, cooperación, convivencia y transformación. Ese encuentro, con presencia de más de 80 personas, permite que el concepto de habilidades para la vida (HpV) deje de ser una idea y se convierta en acciones posibles, deseables y capaces de promover salud y bienestar en la Universidad.
Inquietud que nos pone en marcha
Liderados por la Dra. Sedalí Solís, entonces directora de la OBS, esta nueva inquietud da paso a la primera decisión: formarnos en HpV. En ese 2020, ¡vaya año!, con un grupo de 30 personas, emprendemos la aventura de navegar en dos de los cursos de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida: El TransCurso y Con Otros Ojos. Aquí no les contaremos las transformaciones que se dan en medio de una pandemia, pero sí lo que fue el “son” que decidimos danzar para que esa formación no se quedara en un mero certificado de participación.
Caminar juntos
Tan solo un año después tiene lugar la firma de un Convenio de cooperación entre la Universidad de Costa Rica (Oficina de Bienestar y Salud) y Fundación EDEX, en donde media un ganar-ganar para potenciar las HpV: la OBS gestiona acciones y propuestas, y EDEX, como gigante de las HpV, nos permite caminar a su lado para apropiarnos del saber-hacer-ser de las habilidades en pro de la salud, a la vez que nos da la oportunidad de imaginar el futuro subidos en sus hombros. Tal como alguna vez lo escribe Isaac Newton «si he logrado ver más lejos ha sido porque he subido a hombros de gigantes».
Así, esperábamos que el camino nos llevara hacia el objetivo que nos propusimos: que la UCR construyera su propia manera de trabajar las HpV, adaptada a su contexto, con su gente: estudiantes, docentes y personas del área administrativa.
Transversalizar
Quisimos aprovechar la oportunidad de caminar junto a EDEX para seguir avanzando. Y así, en 2022 se presenta una propuesta para transversalizar las HpV en la comunidad universitaria. De igual forma, en 2023, el Consejo Universitario emite un acuerdo para solicitar el trabajo conjunto entre la Vicerrectoría de Docencia (VD) y la Vicerrectoría de Vida Estudiantil (ViVE).
Pilotajes
Ese mismo año se atiende un acuerdo con la Escuela de Química para desarrollar un taller de seis sesiones en un curso introductorio de la carrera: “pues esa liberación que uno siente cuando logra expresarse sin temor es saludable, y le permite a uno conectarse a un nivel mayor con esa otra persona”. Este testimonio expresa muy bien lo logrado, el pilotaje nos enseña, además, la manera en que puede tener sentido promover la enseñanza y aprendizaje de las HpV en la universidad: con lúdica y participación, creando un ambiente de confianza, a través de la conversación, escuchando, expresando.
Más talleres, formadores y aprendizajes
Con la convicción de que el estudiantado requiere espacios seguros, se decide abrir la oferta del taller a otras instancias, y en 2024 se construyen conexiones con un total de 8 cursos: dos de Trabajo Comunal Universitario, uno en la Facultad de Farmacia, tres en la Escuela de Antropología y dos en la Escuela de Química, lo que representa más de 1061 conexiones (interacciones con estudiantes). El equipo docente de estos talleres se amplia a 9 personas, todas ellas previamente formadas en los cursos de EDEX.
Y con más talleres, encuentros y personas implicadas, seguimos aprendiendo. En las evaluaciones se nota que estudiantes de carreras, edades e intereses muy distintos, reiteran su agrado con lo aprendido y la pertinencia: “en verdad se aprende muchísimo y uno se da cuenta de diversas cosas que uno muchas veces lo toma por sentado. Es un espacio rico en convivencia, diversión y con una metodología que promueve la comodidad para el aprendizaje”.
Un curso complementario institucionalizado
El más reciente logro ha sido la institucionalización de un curso complementario de Habilidades para la Vida en la UCR, en coordinación con la Escuela de Orientación y Educación Especial, la Vicerrectoría de Vida Estudiantil y la Vicerrectoría de Docencia. Que sea complementario significa que será ofrecido a toda la comunidad estudiantil y podrá ser cursado por cualquier persona estudiante, en cualquier momento de su carrera, aportando así a su formación como persona ciudadana y profesional, y también sumando créditos para su logro académico.
La historia continuará…
El Cerro de la Muerte. Así es como las personas de Costa Rica le llaman a la montaña que hay que atravesar cuando se viaja desde San José hasta Pérez Zeledón. En días de buena suerte, suele despejarse y en un punto específico permite ver de un lado el Caribe y del otro el Pacífico, teniendo en medio las montañas y los valles. Un espectáculo que más hace pensar que se trata del Cerro de la Vida o de Buenavista, como también lo llaman.
El viernes 27 de septiembre pasamos por allí, luego de terminar la tarea con el Proyecto Mesoamericano, que nos dio la oportunidad de compartir con los grupos de trabajo de las regiones Caribe y Brunca. En dicho cerro hay un sitio de parada obligada, Los Chespiritos, un restaurante que siempre tiene comida caliente, variada y muy tica. Mientras comíamos, se acercó un señor a saludar. “Marco”, dije, al reconocerle. “Sí, soy Marco Antonio Elizondo, el orientador del liceo Sabanillas, en el cantón de Coto Brus”. Tuve la oportunidad de conocerle en el 2011 cuando empezamos a promover el desarrollo de HpV en la zona.
Un tesoro
Se sentó en frente, y nos contó matices de lo que ha sido su
trabajo con adolescentes en estos 8 años. “La formación en Habilidades para la
Vida la trabajo en las sesiones de orientación grupal, desde séptimo hasta undécimo
grado, cada que tengo la oportunidad. También con profesores y padres de
familia. Lo uso como una herramienta para todos, porque todos ocupamos
desarrollar las Habilidades para poder vivir, para convivir, ser más sanos
integralmente. Para mí, fue como encontrar un pequeño tesoro para trabajar y
para vivir. Lo más valioso es la vida de cada persona, entonces cuando esa
persona desarrolla esas habilidades puede vivir mejor, ser más feliz, más
productiva. Ahí está la riqueza de este tesoro”.
Marcos cuenta que algunos de sus estudiantes del 2011, hoy
ya están graduados de Universidad, que le buscan de vez en cuando en su
colegio, en la oficina donde siempre está, la misma en donde ellos pintaron un
árbol grande con 11 ramas, 10 con las Habilidades y una más, la rama once, a la
que Marcos llama la habilidad de lo espiritual. Cuando recibe sus visitas, dice
que “es una cuestión muy emocionante, algo que uno nota, que ellos agradecen, porque
uno va viendo cómo es que lo aplican en la vida, cómo les sirve para
desarrollarse mejor”.
Menú propio
Las sesiones que Marcos desarrolla en su trabajo como
orientador suelen mezclar aportes distintos. “Principalmente uso videos de Retomemos y las actividades que se
proponen. Cuando hay alguna situación de violencia trabajamos el manejo del
enojo, de la ira. Si es resolución de conflictos, uso el video y agrego alguna
experiencia, algún juego, que enriquece muchísimo el desarrollo de las Habilidades”.
Novedad con
experiencia
Desde el año 2016, el Ministerio de Educación Pública de
Costa Rica ha iniciado un proceso de transformación curricular que Marcos ha
vivido con alegría: “Lo que se pretende es que se desarrollen las lecciones de matemáticas,
español, ciencias, idiomas, todas, y que las personas desarrollen las
habilidades y las competencias. Que la persona no sea sólo de conocimiento,
sino que sepa hacer, que sepa desempeñarse. Fue algo muy emocionante, porque
esto es nuevo para mucha gente del Ministerio, es la gran novedad, pero yo ya
tenía varios años de trabajarlo. Lo viví con alegría al recordar que ya tenía
un camino recorrido, no solamente en el conocimiento sino sobre todo en la práctica,
que es lo más importante en las habilidades”.
Le ha tocado la
persona
La conversación se cierra mientras que él recuerda que las
habilidades no han sido su tema de trabajo sino algo que también le ha tocado
como persona: “Yo he intentado en la vida mía, siempre que voy a hablar de
algo, primero tratar de vivirlo, para que no sean palabras vacías. El hecho de
trabajar con eso, de estudiarlas, lo lleva a uno a revisar la propia vida, cómo
estoy en esa práctica, qué estoy haciendo. Siento que me ha ayudado mucho a
desarrollarme y a crecer como persona, no solo en el trabajo sino en la vida,
en la calle”.
Mientras nos estrechábamos las manos en la despedida, Marcos
agregó: “Quiero enviar un saludo a todas las personas a las que vayamos a
llegar con esta pequeña entrevista; yo les doy este mensaje: las Habilidades
para la Vida se practican, y así es como nosotros podemos desarrollarlas y
aprovecharlas”. La foto lo muestra una vez que terminamos la entrevista.
Para la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, promovida por EDEX, Centroamérica es una de las regiones en donde mayor cantidad de alianzas y procesos hemos acompañado en los últimos 10 años. En Honduras, Panamá, El Salvador y Costa Rica participamos de proyectos de gran diversidad en cuanto a grupos con los que se trabaja, temas en que se pone el acento, y tipos de organizaciones aliadas. El abanico tiene en común el uso de las Habilidades para la Vida (HpV) como saber-hacer para transformar las vidas propias, prevenir riesgos, promover salud e intervenir sobre contextos injustos e inequitativos.
En este trimestre del 2019 (julio a septiembre) se han
manifestado varios de dichos procesos con hechos que consideramos pertinente recopilar
y compartir en este post. Dan cuenta de la apuesta de la región por afrontar
sus desafíos fortaleciendo HpV.
Dos países, un
consorcio
En mayo de 2018 el consorcio que adelanta el proyecto Senderos Juveniles en El Salvador y Honduras nos convocó para trabajar las Habilidades para la Vida como herramientas de prevención del consumo de alcohol y drogas. En forma simultánea en San Salvador y San Pedro Sula, formamos educadores de las 4 organizaciones del consorcio: Glasswing International, Fe y Alegría, FUNADEH y Catholic Relief Services (CRS). A partir de ese momento empezaron a usar el programa Retomemos como una de sus herramientas de trabajo en Habilidades para la Vida con sus jóvenes, tal como lo contamos hace poco en una publicación.
Quince meses después tienen la percepción de haber alcanzado
resultados positivos, pero todo ha pasado tan rápido que necesitan de un tiempo
para pensar sobre lo realizado y convertir la experiencia en saber nuevo.
Motivados por ese deseo, nos han confiado dos nuevos talleres simultáneos en
San Salvador y San Pedro Sula, para aprender de lo realizado, compartir
dificultades, construir soluciones y refrescar la mirada sobre las HpV y el
trabajo con personas jóvenes, en especial en su desafío ante las drogas. Esto
es lo que hemos hecho en esta primera semana de septiembre.
Eco en Panamá
En julio de este año, David Zelaya, miembro del equipo técnico de Glasswing en Honduras, viajó a Ciudad de Panamá a compartir su experiencia con sus compañeros de dicho país. En un taller de un par de días les contagió su entusiasmo, les formó en HpV y les enseñó el uso de Retomemos, programa que ahora es parte del trabajo que Glasswing desarrolla en Panamá para el empoderamiento juvenil ante las adicciones.
Más en El Salvador
También en El Salvador, inicialmente en el municipio de Zaragoza y posteriormente en el municipio de Santa Ana, la alianza entre el Ayuntamiento de Portugalete, CIDEP y EDEX, tiene ya tres años de trabajo. En la actualidad, se desarrolla un proyecto para mejorar la calidad de la educación básica en el Centro Escolar Católico Ciudad de los Niños, Rafael Campos. En agosto se convocó un taller de Habilidades para la Vida dirigido a docentes del municipio. Fueron 14 horas de trabajo intenso para lograr que en el paso por la escuela se aprenda también a convivir, escuchar, trabajar en equipo y actuar creativamente. Así, con una educación enfocada en las emociones, la capacidad, y las relaciones, esta alianza aporta calidad y calidez a la educación de niñas y niños en la zona.
Costa Rica, múltiples
trabajos madurando en simultáneo
En nuestro post anterior comentamos las experiencias y aprendizajes tejidos en la serie de talleres formativos desarrollados a lo largo y ancho del país en el mes de julio, en alianza con la OPS/OMS Costa Rica y el Ministerio de Salud. Aprovechando la misma visita al país, tuvimos la oportunidad de compartir con más equipos de trabajo. El día 24 de Julio en la mañana se hizo una charla taller con 80 estudiantes de INTEL, en la sede de la empresa, en Heredia. En la tarde del mismo día compartimos con el equipo de Bienestar Universitario de la Universidad de Costa Rica, UCR, en una conferencia introductoria a las Habilidades para la Vida y sus aportes a la Promoción de la Salud. Como resultado del intercambio se han planteado posibilidades de trabajo conjunto que tendremos ocasión de madurar.
El viernes 26 de Julio viajamos al nor-occidente del país y animamos un taller con 60 líderes comunitarios. Nos convocó el Comité de Salud del EBAIS de la Costa, Carrillo, Guanacaste. Al conocer su trabajo comunitario, accedimos con gusto a colaborar con un taller al que asistieron personas de la Junta de Salud de Carrillo, funcionarias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y de la Asociación de Desarrollo de Playas del Coco, así como vecinas y vecinas del sector. Jugando, escuchando y expresando, aprendimos cómo las HpV sirven para construir salud personal y colectiva.
Contagios en marcha
Al salir del taller pudimos reconectar telefónicamente con
Geiner Cárdenas, trabajador social del área de Salud Horquetas-Río Frío, de la
CCSS. A él y a Gloriana Meza les conocimos en 2012, y les animamos en su deseo
por desarrollar procesos de HpV con niñas y niños de escuelas de su área de
influencia. Geiner nos contó en sus palabras cómo ha madurado la experiencia
desde entonces, un ejemplo de siembra lenta y llena de frutos:
“Allá por el año 2012, cuando nos reunimos con ustedes, empezó la
inquietud de trabajar con el enfoque de Habilidades para la Vida. Entre 2013 y
2015 hicimos el trabajo con 19 estudiantes de primaria en la Escuela El Cruce,
ubicada en Horquetas de Sarapiquí, en la provincia de Heredia. Al finalizar,
empezamos a ver resultados: personas más conscientes de sus fortalezas,
habilidades y debilidades; con capacidad para cambiar; más decididas hacia lo
que quieren; con un manejo importante de sus emociones, sobre todo el enojo y
el estrés; y con capacidad para relacionarse de manera más funcional. Con estos
resultados, expusimos nuestro trabajo y surgió la inquietud de varias personas y
clínicas de empezar un proyecto similar. Facilitamos la estrategia metodológica
y algunos instrumentos de trabajo y se contagió el tema de Habilidades para la
Vida en varios sectores y clínicas del país. En este período 2018-2019 ya hay
mayor cantidad de clínicas, como la de Santa Bárbara de Heredia, la Clínica
Central en la provincia de Heredia, San Ramón de Alajuela, Atenas y nosotros en
Sarapiquí, entre otras. Recientemente, la Coordinadora Nacional de Promoción de
la Salud de la CCSS me contactó para brindar otra capacitación con personas de
las áreas de salud que se ubican en la zona sur de San José. Y si vieras que la
mayoría no conocía el enfoque y terminaron muy ilusionados, con mucha
expectativa positiva porque lo sienten muy integral, aborda muchísimas áreas
necesarias para trabajar con población menor de edad”.
La Siembra Continúa
Inspirados en los distintos procesos que hemos compartido, el trimestre lo cerraremos de nuevo en Costa Rica, a finales de septiembre, en alianza con el Proyecto Iniciativa Salud Mesoamérica. Su interés se ubica en la población adolescente: atención integral y prevención del embarazo. Allí coordinan administrativa y conceptualmente el Ministerio de Salud, el CEN-CINAI, el PANI, la CCSS y el Ministerio de Educación Pública, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, BID.
Estaremos en Siquirres (Región Caribe) y en Pérez Zeledón (Región Brunca) dinamizando dos talleres para buscar cómo le aportan las HpV al bienestar adolescente y cómo les empodera ante su salud y sus decisiones. El taller contará con la presencia de educadores de las distintas organizaciones que intervienen, y le entregará a cada persona un kit de material educativo para profundizar en las HpV y desarrollar la toma de decisiones responsables y libres sobre su sexualidad.
Las palabras que están en el título aparecieron escritas en
el relato de evaluación que pedimos al final de uno de los talleres realizados
en julio de este año en Costa Rica. Llamaron nuestra atención porque reflejan
que un abanico de posibilidades se abrió para esta persona en su vida. Quisimos
empezar con este testimonio, que habla de una mente y un corazón que se abren,
para narrar lo vivido durante tres semanas en Costa Rica.
Viejos socios, nuevos
desafíos
Tal como sucedió y ha seguido pasando
desde el 2010, volvimos a hacer alianza con la Organización
Panamericana de la Salud OPS/OMS
Costa Rica y el Ministerio de Salud de Costa Rica,
en esta ocasión a través de la Secretaría Técnica de Salud Mental. El desafío
que nos pusimos en esta oportunidad fue doble: por un lado, formar equipos de
personas formadoras en Habilidades para la Vida (HpV)en
todas las regiones del país, buscando que aprehendieran el enfoque, lo
apropiaran y pudieran impregnarlo en los proyectos y compartirlo con otros
grupos institucionales y comunitarios. Por el otro lado, buscamos que la
formación en HpV fortaleciera a las personas y los grupos de trabajo del Ministerio
de Salud, promoviendo el trabajo en equipo, la escucha y el aprender a
convivir.
Desde la Escuela Iberoamericana
de Habilidades para la Vida, promovida por Fundación EDEX, destinamos un equipo de tres personas
formadoras para realizar el trabajo: María José Cuartero, Gladys Herrera e Iván
Darío Chahín. Durante tres
semanas de julio de 2019, coordinaron 11 talleres, cada uno de ellos
de dos días de duración, a razón de 7 horas diarias. En total participaron 261
personas, funcionarias del Ministerio, entre ellas profesionales de
salud (medicina, enfermería, auxiliares), educación (pedagogía, antropología),
psicología y trabajo social, así como personal administrativo y de apoyo
logístico. A ellas les pedimos valorar con un número su experiencia de
aprendizaje en el taller y en promedio lo hicieron con un 4,84 sobre un máximo
de 5. Más allá del número, las
personas compartieron por escrito su testimonio, y de varios de
ellos fuimos dando cuenta en nuestras redes sociales, a medida que el
trabajo avanzaba.
Ahora, poco más de un mes después de terminado el trabajo,
hemos releído lo escrito por las personas asistentes y encontramos diversidad y
riqueza de las que podemos aprender. Nos hemos tomado el atrevimiento de
seleccionar algunas frases significativas y agruparlas en tres aspectos que se
reiteran en las evaluaciones. Primero, aquello que las personas aprenden de sí
mismas, sus capacidades y desafíos; luego sus hallazgos sobre la manera de aprender
y enseñar HpV; y por último, ese sentimiento de capacidad que experimentan al
final del taller y que deja ver que podemos intervenir en el rumbo de nuestras
vidas y en los entornos en donde la hacemos, eso que llamamos empoderamiento.
Les invitamos a disfrutar de esta selección. Son reflejo de
la manera en que respondimos a la confianza de la OPS/OMS Costa Rica y el
Ministerio de Salud, aportando al crecimiento institucional, colectivo y
personal. Gracias a todas las personas de Costa Rica, siempre dispuestas a
aprender y crecer juntas.
Aquello que las
personas aprenden sobre sí mismas, sus capacidades y desafíos
“Aprendí
que no siempre tengo la razón”. “Entendí
por qué me duele tanto el cuello, que puedo encantar y no cantaletear,
sorprenderme en vez de juzgar y escuchar, escuchar y escuchar”. “Crecí mucho más en estos dos días
que lo aprendido en muchos años”. “Me perdoné y voy con la esperanza de
transformarme”. “Tengo que ser más flexible, no juzgar, alivianarme ante
el estrés y la presión, enfocarme en lo positivo de las personas”. “He
tenido un espacio de salud mental, de autocuidado”. “Pude abrir mis ojos a
otros puntos de vista, logré entender que no vale la pena imponer y que no
existe la verdad absoluta”. “Me llevo la ilusión de mejorar mi
vida”. “Logré hablar, aportar y
participar”.
Hallazgos sobre la
manera de enseñar y aprender
“La diversidad de actividades me
mantuvo en alerta, poniendo atención, participando activamente. No hubo
actividades en donde las personas se sintieran incómodas o en ridículo”. “La
experiencia ha sido emocionante, pausada y desafiante”. “He compartido mucho,
desahogado mucho y reflexionado mucho”. “Me he permitido reconocer en la lúdica una aliada para la
vida, para aprender, desaprender, resignificar situaciones”. “Aprendí
en un ambiente cálido, de escucha, observación, de sorpresa y encanto”. “En
mi interior pensaba que este sería otro taller largo y aburrido, pero la
realidad fue otra cosa, me encantó el taller, fue dinámico e interactivo, muy
enriquecedor para el trabajo personal, laboral y comunitario”. “Jamás creí que con las HpV se disfrutara tanto mientras se aprendía”.
Ganas y capacidades
renovadas para seguir adelante
“Siento energía para continuar”. “Me llevo un gran conocimiento que pienso aplicarlo a cada
situación que enfrente, de hoy en adelante, en mi casa, trabajo, etc.”.
“Logré trabajar con personas que casi no me relaciono”. “Me siento feliz y plenamente convencida de que uno llega al
taller siendo una persona y sale siendo una versión mejorada”. “Me llevo más experiencia
y capacidad para trabajar en grupos y con comunidades”. “Me voy con un material
bello, lleno de técnicas y la cabeza llena de ideas y expectativas”. “Caló 100% en mi vida, ha sido
preciosa esta revisión interior, me deja como expectativa cómo mejorar mi
intervención profesional”. “Además de que aprendí para aplicarlo en mi
espacio laboral, me permitió mirar hacia dentro”. “Salgo de aquí a
disfrutar, saborear y oír con otros ojos mi vida y mi entorno”. “Me llevo
ganas de vivir en armonía con el ambiente, la familia y trabajo”.
Semillas Humanas
Si hablamos de metáforas, quizás la frase anterior es la que mejor puede ejemplificar lo que el Proyecto Tierra Fértil pretende alcanzar, pues su nombre es reflejo de su principal objetivo, ya que éste es un proyecto social y educativo, que busca promover un desarrollo afectivo, personal, social e intelectual, prioritariamente en niños y niñas de la comunidad de Guararí, Heredia; siendo una de las comunidades urbano-marginales del país en donde se presentan altos índices de consumo de drogas, homicidios, violencia, narcotráfico, deserción escolar, entre otras problemáticas sociales.
Dicho Proyecto desarrolla una serie de actividades que pretenden brindar un aprendizaje y formación integral para los niños y niñas, tales como talleres de pintura, literatura, juegos educativos, apoyo escolar, participación en giras socioeducativas, comedor infantil, campañas de salud preventiva y el taller de Habilidades para la Vida; todo lo anterior a partir del apoyo de diversos voluntarios y voluntarias que sábado tras sábado brindan su aporte a esta labor.
El taller de Habilidades para la Vida (HpV) surge a partir de la detección de ciertas necesidades en los niños y niñas de la comunidad a raíz de la zona de vulnerabilidad en la que se encuentran y el poco apoyo o acompañamiento que reciben ante las principales problemáticas sociales que presenta la comunidad y a las cuales se encuentran expuestos a diario.
Todo empezó en un trabajo final
A partir de una propuesta de trabajo final de graduación que abordaba la temática de HpV, desarrollada por Silvia Martínez, una de las voluntarias del Proyecto, se comienza a gestar la idea de implementar dicha metodología con los niños y niñas de la comunidad de Guararí, como una estrategia para que ellos y ellas “construyan actitudes que fortalezcan su autoestima, el aprendizaje, el deseo de superación personal y una visión positiva del mundo”; tal y como lo expresa la misión del Proyecto Tierra Fértil.
De este modo, año tras año, la estrategia va tomando forma y se va consolidando a partir de los logros observados en los niños y niñas que reciben dicho taller. ¿El proceso? Al principio se inició con un solo grupo de aproximadamente 8 niños que tuvieran edades similares (entre 9 y 11 años), los cuales debían matricularse en el taller con el apoyo de sus padres. Actualmente, 7 grupos de niños y niñas han recibido el taller de HpV.
¿Quiénes lo imparten?
El Taller se lleva a cabo con el apoyo de un grupo específico de voluntarios y voluntarias, quienes han recibido el “TransCurso, un espacio para formarnos en Habilidades para la Vida”, impartido por la Fundación EDEX y la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, por lo que ponen en práctica lo aprendido en dicho curso, aunado a las experiencias y conocimientos personales y profesionales de cada uno de ellos.
¿En qué consisten los talleres?
Son 11 sesiones que se desarrollan durante un lapso de dos horas cada una. La primera sesión es un espacio para conocerse mutuamente entre niños y facilitadores, “romper el hielo” y generar los primeros vínculos. Durante las siguientes 10 sesiones se trabajan las 10 HpV, una por sesión, a través, principalmente, de la ludoterapia; es decir, utilizando el juego como principal metodología de aprendizaje. Finalmente, se realiza una sesión de cierre, a modo de convivio, en la cual se rescatan los principales aprendizajes adquiridos durante el taller.
¿Cuáles son los principales logros?
Podrían enumerarse una serie de aprendizajes que los niños y niñas obtuvieron; sin embargo, lo más maravilloso de las HpV es que nunca se termina de aprender y hasta el grupo de voluntarios y voluntarias ha tenido experiencias muy gratificantes. El hecho de ver a una niña, en un principio tímida, logrando expresar sus emociones y pensamientos con facilidad y confianza; un niño potenciando su habilidad de liderazgo positivo y definiendo metas claras para su futuro; varios niños expresando su deseo de desarrollar estrategias que les brinden mejores oportunidades a las personas de su comunidad; y la mayoría de los niños y niñas participantes a lo largo de los años manifestando su deseo de contar con más espacios similares para seguir aprendiendo y expresándose con libertad, demuestran que las HpV en Guararí de Costa Rica están siendo sembradas sobre Tierra Fértil.
__________
Escrito elaborado por: Stefanie Vargas Carvajal, Trabajadora Social, Asociación Roblealto, Hogar Bíblico, Costa Rica; voluntaria en el Proyecto Tierra Fértil, tefy-3110@hotmail.com
Más allá del taller, un hallazgo
Sin embargo, más allá de los resultados del taller de formadores, el hallazgo más interesante que hicimos se produjo al dialogar con las 45 participantes en el mismo. Un amplio abanico de personas provenientes de distintas regiones del país y sectores del gobierno y la sociedad civil: profesionales de salud, educación, líderes de comunidades, animadores de grupos juveniles, infantiles, de tercera edad, personas que trabajan con familias, con programas de protección familiar, de equidad de género, de prevención de violencias, de promoción de la convivencia, de promoción de nuevas masculinidades, de grupos deportivos, de nutricionistas…
Hablar con tanta gente, que se mueve en distintas orillas, nos permitió comprobar que las Habilidades para la Vida son ahora parte íntegra de los programas de gobierno y de las agendas de los distintos sectores. Están presentes en los programas del Ministerio de Salud, de Educación Pública, en la Política Pública de la Persona Joven, en la manera en que el Ministerio de Justicia y Paz promueve la reinserción de las personas privadas de la libertad, entre otros. En ellos se abre paso el enfoque de Habilidades, entendido como estrategia y motor para que cada persona y colectivo haga conciencia de su capacidad de intervenir positivamente en su vida. Enhorabuena. Costa Rica ha logrado potenciar sus distintos programas e iniciativas empleando este enfoque educativo para mejorar la calidad de las relaciones entre personas y empoderarlas frente a sus mundos, llenándolas de capacidad para afrontar sus desafíos.
Mirando al recuerdo
Nuestra primera vez en Costa Rica para trabajar en Habilidades para la Vida se remonta a agosto de 2010. Convocados por la OPS/OMS en el marco del programa Rostros, Voces y Lugares, estuvimos con docentes de 3 escuelas y 1 colegio del Cantón de Corredores, en el sur del país. Allí conectamos con el área rectora del Ministerio de Salud en la región Brunca y de su mano empezamos a promover las Habilidades para la Vida (HpV) con docentes de primaria y secundaria.
La experiencia fue intensa y productiva, tanto que apenas unos meses después la iniciativa rodaba por los cantones de Coto Brus y Golfito, y convocaba a mayor cantidad de actores, hasta lograr incluirse en la Agenda de Desarrollo de la Región, lo que le ha permitido sostener trabajos durante 7 años. También es cierto que en aquel momento el enfoque de HpV no estaba presente en muchas de las agendas de salud, de educación y de desarrollo del país. Aunque también lo es que ya existían en el país trabajos consolidados en el tema, como el realizado por IAFA en el campo de la prevención de adicciones.
Recordamos con cariño la historia de un docente de secundaria de Pérez Zeledón, llamado Maynor Fallas (su apellido era como una premonición, conversamos meses después con él y en medio de sonrisas). En 2012 tomó el taller de HpV y enseguida se propuso trabajar con sus jóvenes estudiantes las Habilidades para la Vida. En el primer intento las cosas salieron muy mal; en el segundo peor; en el tercero los alumnos le pidieron que dejara de intentarlo. Sin embargo, él tuvo una buena idea, pidió ayuda a una de sus compañeras docentes y juntos empezaron el trabajo que hoy ya tiene 5 años de continuidad y buenos resultados. Una historia inolvidable y que muestra cómo es que en este país le han ido dando sentido propio al enfoque, apropiándolo.
Otra mirada al futuro
Nos compartía Elías Góngora, amigo y tutor de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, que hay tres verbos claves para poder saborear la vida. Hacer (estar en acción); amar a alguien y esperar, tener esperanza. Los tres verbos están vivos en Costa Rica, vimos personas y colectivos haciendo trabajo serio y continuado en el campo de las habilidades; sabemos que son seres que cultivan amor por su trabajo, por las personas con quienes lo construyen, por sí mismas; y sabemos que cultivan la esperanza de estar sembrando una semilla de futuro distinta, más solidaria, equitativa y humana. Por eso, la mirada al futuro de este país tiene su sello de esperanza, están actuando, cada quien desde su orilla y con sus recursos y posibilidades, todos buscando formar personas y colectivos capaces de intervenir sus vidas y contextos. Para EDEX Es un privilegio haber estado y estar cerca de este proceso, aprendiendo y aportando.
El próximo noviembre nos convoca al equipo de formadores de la Escuela iberoamericana de habilidades para la vida con una variedad de temas, países y talleres, Con las HpV como hilo conductor, los temas pasan por la escuela como foco de convivencia en contextos adversos; por la promoción de estilos de vida saludables en personas jóvenes y por el uso de las tecnologías de la información y la comunicación para que cada persona construya el sentido de su existencia, respectivamente.
Las invitaciones han llegado tanto desde administraciones públicas como desde organizaciones de la sociedad civil y organismos multilaterales en 2 países de las Américas: Costa Rica y México. Todos ellos se preguntan, ¿cómo pueden las habilidades para la vida aportar al logro de sus objetivos? Ese es nuestro desafío. A continuación, una mirada rápida a esta agenda de cierre:
Estas sesiones de formación confirman lo que la práctica nos ha estado enseñando: que las habilidades para la vida no son un contenido por enseñar, sino una manera de enfocar la educación que valora tanto los aprendizajes “académicos” como el aprender a convivir valorando otros puntos de vista, aprendiendo a trabajar en equipo y a cuidarse y cuidar, entre otras.
Un tejido de alianzas
Todo empezó en el 2010 cuando invitados por la Organización Panamericana de la Salud OPS/OMS y su iniciativa Rostros, Voces y Lugares, llegamos por primera vez al Cantón de Corredores e iniciamos trabajos de la mano de dos escuelas rurales y un colegio urbano, siempre con la coordinación y liderazgo del área de Salud del Cantón. Desde entonces, nuestro aporte quedó dentro de la agenda de salud de la Región y eso permitió que rápidamente pasáramos a trabajar en Coto Brus y en menos de un año cumpliéramos la ilusión de formar un equipo de formadores. Luego seguimos hacia otros cantones de la región como Golfito, Pérez Zeledón, Osa y Buenos Aires.
En todas las ocasiones, como ahora, el trabajo realizado fue parte de una cuidada red de alianzas que se tejen en el sur de Costa Rica desde hace años. Eso explica la presencia de distintas entidades como el Patronato Nacional de la Infancia PANI, el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia IAFA, la Caja Costarricense de Seguro Social CCSS, el Ministerio de Educación Pública, las administraciones municipales y la OPS/OMS, entre otras.
Siembras
Por estos antecedentes es que la semana del 16 al 20 de noviembre de 2015 se convirtió en siembra y cosecha de frutos. La siembra fue la que motivó la reunión interinstitucional promovida el día 13 en San José. Participaron personas de distintas áreas del Ministerio de Salud, del IAFA, de la Red de Determinantes Sociales, del Ministerio de Educación y de EDEX. El encuentro dejó ver cómo es que la Región Brunca ha venido construyendo promoción de la salud en su zona, a partir de su trabajo en Habilidades para la Vida. Esto mismo generó interés del propio Ministerio de Salud, que precisamente por estos meses estrena su Dirección de Promoción de la Salud. Además, quedó en agenda el mantener estos contactos que prometen buen encaje.
Cosechas
La cosecha se vivió el miércoles 18, en el marco de un intercambio de experiencias de la Región en Habilidades para la Vida. De repente, fuimos sorprendidos por cinco adolescentes de Coto Brus, que llegaron encarnando a los personajes del programa Retomemos. Tomaron la palabra, nos contaron lo que hacían y lo pusieron en la práctica, incorporando al público en varias ejercicios de aprendizaje y reflexión.
Luego, aparecieron cinco niñas y niños de Osa, con su profesora y tres practicantes. Nos contaron que eran parte del grupo “problema” de su escuela y que gracias a un pedido de auxilio hecho por su docente, decidieron trabajar con este grupo las Habilidades para la Vida a partir del programa La Aventura de la Vida. Unos meses después todos encontraron los resultados esperados: el clima del aula mejoró, el aprendizaje también y del grupo problema que fueron sólo quedó la anécdota.
Siembra-Cosecha
Y para cerrar, tuvimos una mezcla de siembra-cosecha en los 4 talleres de formación que realizamos, dos en Osa y dos en Buenos Aires. Nos juntamos poco más de 100 personas en total, algunas novatas en el tema y otras con experiencia. Mezclando novedad con experiencia, logramos crear ambientes de aprendizaje cálidos, profundos y divertidos. Algunos testimonios ofrecidos por las personas al finalizar los eventos, nos dejan ver cómo fue la vivencia:
Más que seis días de trabajo
Eso es lo que hemos venido tejiendo en Costa Rica. Más que seis días de trabajo son ya cinco años tejiendo de la mano de la Regional Brunca del Ministerio de Salud para fortalecer el aprendizaje de Habilidades para la Vida en niñas, niños y adolescentes de la Región, en sus docentes y en los profesionales de las instituciones públicas que trabajan en el área. Nos llevamos buenos frutos de esta cosecha, un buen paquete de aprendizajes y dejamos nuevas semillas en manos de la gente del sur de Costa Rica.
Esta historia inicia con testimonios que introducen el hecho por comunicar: “me encantó, disfruté, aprendí, clarifiqué conceptos, compartí con muchas personas, establecí compromisos”; “El taller rompe con muchas cosas…sin embargo,¡siento tan fácil dar ese paso!”; “es la primera vez que todos crecemos sin penas, sin quejas”; “aprendí que lo más importante y primordial es el ser humano”;“el primer día quedé encantada, no me aburrí, el segundo día descubrí que el aprendizaje era haciendo, ¡qué riqueza!”; “he podido interiorizar el trabajo en habilidades, lo he vivido, comido y respirado”; “miro con esperanza mi futuro”; “se valoraron detalles que hicieron de esta experiencia algo para nunca olvidar”.
¿De dónde provienen?
Ahora agregamos contexto. Los testimonios provienen del trabajo realizado por 30 personas que durante una semana protagonizaron el evento “Habilidades para la Vida,taller para aprenderlas y enseñarlas”. Todas ellas son parte del equipo del Instituto Sobre Alcoholismo y Farmacodependencia, IAFA, en distintas regiones de Costa Rica, cargadas de experiencia y conocimiento en el tema. El escenario del encuentro fue inmejorable, un hotel en Heredia que luce en sus ventanas un letrero cierto: “Nuestro mejor cuadro son las ventanas”. Por donde te asomes, se ven flores, plantas y árboles llenos de color y diversidad.
Allí mismo fue donde tuvimos la oportunidad de facilitar el citado taller. Iniciamos el día 17 de Noviembre y terminamos el 22 en la tarde. Fueron 40 horas de intenso aprendizaje sobre las Habilidades para la Vida. De la experiencia, surgieron los testimonios compartidos, todos ellos con acento en la capacidad de transformar-se: “Hoy, al concluir este proceso, me doy cuenta que a través de mi ser puedo impactar y transformar mi entorno…y eso no lo cambio por nada”.
IAFA, pasado y presente ejemplar
Para Fundación EDEX fue un honor ser convocado por IAFA para concebir y facilitar este taller, porque se trata de una organización gubernamental que ha marcado diferencias, antes y ahora. Del pasado llama la atención que celebra 60 años de existencia, como pocas (¿o ninguna otra?) en América Latina. Esto quiere decir que el propósito de prepararse para afrontar el desafío de las drogas tiene ese tiempo de experiencia acumulada en el país. En su presente destaca el programa Aprendo a Valerme por mi mismo, que promueve la enseñanza y práctica de las Habilidades para Vivir en la población de preescolar y escolar, como estrategia para prevenir y rechazar el consumo de drogas. Su cobertura es total en el país, alcanzando más de 300 mil niñas y niños y más de 18 mil docentes, cada año.
Un ejemplo de lo que significa este Instituto en Costa Rica se refleja en la información publicada el día 30 de Octubre de 2013 en el Semanario Universidad, en donde IAFA aparece como la tercera mejor institución pública calificada por jóvenes entre 17 y 29 años de edad, con un 72,5%.
Sentar bases, el principal logro
Días después de terminado el taller, conversamos con Hellen Zúñiga, encargada del proceso de capacitación, asesoría y seguimiento de IAFA, quien destaca lo que este evento ha permitido: “compartir una misma experiencia de cómo trabajar, enseñar y vivir las habilidades, y a partir de ahí sentar una base más homogénea de lo que queremos. A veces sentíamos que estábamos jalando como una carreta de piedras y creo que ahora va a ser más liviana… se nos va a facilitar como institución, como personas y como profesionales”.
Desde Fundación EDEX tenemos la intuición de haber iniciado el tejido de una alianza que nos permita mantener vivo el intercambio de saberes y experiencias que desde cada lado hemos cosechado. Estos 5 días, este grupo y este taller, así lo sugieren y este testimonio parece confirmarlo: “llevo una semillita que tengo la oportunidad de hacerla crecer, porque cayó en tierra fértil”.
Una promesa que tiende a cumplirse
Desde hace varios años hemos acompañado experiencias de Costa Rica en campos diversos del desarrollo humano, como la prevención de las adicciones, los derechos de la infancia, la sexualidad, la prevención de la violencia y la formación en Habilidades para la Vida, entre otras. En 2000, la alianza con la organización Vida y Sociedad hizo posible la aplicación y evaluación del programa La Aventura de la Vida; en 2010, la colaboración con Fundación Paniamor facilitó la emisión de la serie de animación Cuentos para conversar en Canal 7, en el marco del mes de la infancia; desde ese mismo año y hasta ahora acompañamos a la OPS y al Ministerio de Salud en su iniciativa de Alianza Salud, Educación y Desarrollo en la Región Brunca; en 2013 apoyamos a un grupo de 7 instituciones que trabajan con gente joven en Curridabat en la prevención de violencias. Ahora hemos actuado de la mano de IAFA. Todo esto confirma que en Costa Rica se va forjando una promesa que se cumple y se renueva. Es, sin duda, una tierra llena de gente y condiciones fértiles donde nos sentimos como en casa.
Cada nueva experiencia de trabajo grupal nos reitera que el camino de aprender Habilidades para la Vida se recorre a paso lento y sin un punto de destino determinado. La lentitud aparece por no tratarse de un aprendizaje inmediato y al estilo del salto con pértiga, de un solo brinco. Además, cada día nuestro GPS personal y social se va encontrando con novedades que nos hacen cambiar de ruta, reorganizar los planes y, siempre, ir respondiendo en presente a los desafíos de la vida diaria.
Esa fue la vivencia de la semana anterior en el Cantón de Curridabat, Costa Rica. Allí estuvo EDEX, por invitación de las ocho organizaciones que promueven el proyecto de prevención de violencias en la vida de la gente joven del cantón: Ministerio de Salud de Costa Rica, Ministerio de Educación Pública, Caja Costarricense de Seguro Social, Instituto Nacional de las mujeres, Municipalidad de Curridabat, La Fundación PANIAMOR, y la Organización Panamericana de la Salud, con el apoyo de Open Society Foundation.
Trabajamos dos días con jóvenes y tres días con las personas adultas que les acompañan en su proceso de formación en el colegio, en los centros culturales y en las organizaciones de la zona. Durante la semana caminamos paso a paso, pensando, sintiendo, actuando. Se exploró dentro de cada persona y también en el contexto en donde se vive, jugando y analizando críticamente, buscando que la semana se pareciera a la forma en que siempre las personas hemos aprendido estas habilidades, es decir socializando.
Y lo cierto es que lo logramos. Los escritos de cada persona, las palabras compartidas, los hechos colectivos de solidaridad y reflexión, entre otros, mostraron que juntos podemos aprender habilidades con intención de transformar los contextos injustos e inequitativos en los que nos desenvolvemos, las violencias que hemos normalizado, los roles que hemos aprendido según seamos hombres o mujeres.
Mientras que el taller se iba desarrollando, al fondo del salón se gestaba una sorpresa. Allí estaba instalada el área de refrigerios y almuerzos. Cada vez que disponía de un tiempo, la mujer que tenía aquello a su cargo se sentaba y escuchaba en silencio, observaba con cuidado, pensaba, asentía, celebraba, hasta que no se aguantó más y al cerrar la sesión del jueves me dijo: “si esto lo hubiera vivido hace 20 años, no hubiera permitido lo que pasó en mi matrimonio”.
Luego, ella contó de la aceptación con que asumió el mal trato de parte de su marido, su infidelidad y descaro, las palabras con que le hacía sentir que era una mala persona, que no le merecía… Todo fue aceptado con culpa, porque sentía que no lograba ser la mujer que le pedían. Hasta que hace un año él se marchó y ella quedó deprimida, sintiendo que no tenía cómo seguir viviendo después de haber defraudado a su esposo, de no haber podido ser mujer y esposa de la forma en que la enseñaron. Sus hijas, ya mayores, lograron cubrirla de fuerza y afecto, la sacaron de la cama, le ofrecieron confianza y así, poco a poco, se pudo desprender de esa relación de más de 20 años.
A lo largo del taller observó a las personas jóvenes y adultas aprendiendo a conocerse, a fijar límites en las relaciones, a expresar afecto, a dudar de la violencia y el sufrimiento como destino, dispuestas a emprender juntas cambios que permitan establecer mejores relaciones, más equidad y, sobre todo, derechos. Le pedí que me dejara grabar sus palabras y algunas de ellas se pueden escuchar acá: [youtube]http://youtu.be/X4FhSIgJXCo[/youtube]
Fue una grata sorpresa saber que esta mujer estuvo caminando con nosotros en el aprendizaje. Nos hizo notar que las habilidades tienen poder de contagio, que cuando una persona ve a otra que ha emprendido el reto de fortalecer sus habilidades, siente deseos de sumarse, que cuando aparece un cambio en el contexto a manera de oportunidad para expresarnos, para conocernos, se acepta con gusto, se responde positivamente a la invitación de caminar juntos y transformar aquello que impide que cada ser florezca en plenitud.
En Curridabat, Costa Rica, hay ahora un colectivo juvenil, un colectivo docente y un colectivo institucional (y una emprendedora mujer que atiende eventos), dispuestos a contagiar límites a la violencia, a propagar la equidad en las relaciones, la creatividad para relacionarnos sin prejuicios, comprendiendo que el reto no es tener privilegios sino derechos. Intuyo que ese contagio producirá pequeños cambios en el contexto que irán poniendo en duda las formas en que nos violentamos e invitando a relacionarnos en forma asertiva. Bienvenidos tales contagios, nos faltan con urgencia.