Educar para vivir, educar para convivir.
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En dos de los lugares que he visitado (Valladolid y Gran Canaria) durante estos días de gira por España, como integrante del equipo técnico de Fundación EDEX, hemos cerrado las 8 o 10 horas de trabajo en grupo, con la inspiración de aquello que Albert Einstein solía decir: “comprendes realmente algo cuando eres capaz de explicárselo a tu abuela“. Han sido encuentros de formación girando en torno a la conversación, pedagogía por la que hemos optado, desde hace ya cerca de 20 años, para aprender y enseñar Habilidades para la Vida. Nos complace la oportunidad humanizante que esta pedagogía conlleva a la vez que en ella misma hay siempre espacio para la práctica de las 10 destrezas psicosociales que propone este enfoque.

Te invito a asomarte a estos relatos con los cuales, además de conversar y recordar a estos seres clave en nuestras historias, hemos evaluado lo que han sido estos talleres con  los equipos de profesionales que aportan a la promoción de la salud de sus comunidades. Enhorabuena para todos. Aquí dejo sólo una docena de ellos, tomados de más de 40 que me llevo como tesoros en mi chistera. Muchas gracias al Servicio de Promoción de la Salud del Gobierno de Canarias y de la Junta de Castilla y León:

  • “Querida abuela… hace un día llegué a un espacio de encuentro circular. La diseñadora de palabras, radiaba de entusiasmo contagioso. Compartió humor, creatividad, relatos y todos bailamos tejiendo una linda comunidad abierta al cambio. Nos inter-regalamos sorpresa, vínculo y participación, como cuando contigo, abuela, creamos un cuento conjunto que continúa…para cantar y contar ante lo inesperado”.
  • “Queridas abu: hoy me repensé, cargué las pilas, también me desnudé un poco. Volví a ser consciente de algunos errores y me propuse nuevos retos. Me reí, lloré, me resistí, soñé nuevas realidades y os recordé por aquellas cosas que compartisteis conmigo y hoy sigo teniendo presentes, como parte de mi espiral de vida. Hoy empieza el resto del camino, un camino en el que quiero cantar más dibujar más, ver más pelis, charlar más con la gente y recordar por qué tenemos dos orejas , dos ojos y solo una boca”.
  • “Hoy he estado en una reunión donde nos juntábamos un grupo de personas para conversar sobre cómo conversar con los chicos y chicas con los que trabajamos, de cómo utilizar nuestros oídos y nuestra palabra para que tengan la confianza suficiente para conversar de lo que les preocupa, de sus cosas, cómo escucharles desde distintos puntos de vista y no solo desde el nuestro”.
  • “Hoy he estado con un grupo de mujeres (amables, listas, ilusionadas,  reactivas, divertidas, cercanas) pensando en cómo podemos mejorar un poco este mundo loco en el que vivimos. Parándonos a pensar en lo que hacemos bien y en cómo podemos trabajar mejor con otras personas. Nos hemos reído y en algún momento nos hemos emocionado. Ha sido como un respiro en la trepidante vida que llevamos y sobre todo me ha permitido recordar lo importante que es pensar en las personas y en las oportunidades que a pesar de las dificultades podemos tener para trabajar con esos chicos y chicas que forman parte de nuestro trabajo. Recuerdo abuela que nunca entendiste muy bien cómo ejercía la medicina; pues esto es, preocupándome o pensando en cómo poder ayudar”.
  • “Hola abuela. Hoy ha sido un día distinto a otros. Ha comenzado como otros, desayunando con los niños y llevándolos al colegio, pero no he ido a trabajar. Venía un poco agobiada por todo el trabajo pendiente, pero como siempre, viene bien parar y aprender cosas nuevas. Hemos recordado el curso del año pasado, nos ha sacado sonrisas, nos hemos reído haciendo unas dinámicas y hemos aprendido el conversar. Primero, sobre cómo captar la atención, cómo tener encanto para que nos escuchen y, después, cómo escuchar a los demás”.
  • “Abuela, he estado dos mañanas en formación de HpV: he podido pensar, sentir y experimentar más allá de lo habitual; confiar aún más en las potencialidades del ser humano; regar el optimismo en mi alma que contagiará a otras…me sigo encontrando con nuevas maneras de prescribir salud, educación e intervención social..”
  • “Abuelita…me gustaría que volvieras, te encarnaras de nuevo, 1 minuto, para contarte lo que he vivido en el taller de habilidades para la vida. Con lo aprendido he llegado a tocar el cielo, ahora soy un poco más habilidoso para subir la escalera hasta alcanzarte”.
  • “Querida abuela: no te imaginas la experiencia maravillosa que he vivido estos dos días. Hemos trabajado con un grupo de personas, muchas de ellas desconocidas para mí, pero la sensación fue de conocerlas de siempre. Hemos aprendido a querernos más para poder querer a las otras personas. Hace años que nos dejaste, pero si pudiera traerte de nuevo, practicaría contigo todo lo que he aprendido, me siento más humanizada y más feliz. Un beso grande”.
  • “Hola abuelita: ayer y hoy estuve en un curso con mucha gente, de muchos lugares de Gran Canaria ¡y no te vas a creer para qué era el curso! Vino una maestra de muy lejos que ha viajado por muchos países a enseñarnos cómo conversar mejor (con nuestros padres, hijos, vecinos e incluso con los desconocidos que nos rodean cada día, en el trabajo, en el mercado, a la puerta del colegio. Vino a enseñarnos a hablar con encanto, como cuando tú nos contabas cuentos, utilizando buenos datos y construyendo confianza. Han sido dos días maravillosos”.
  • “Pues abuela, este curso de habilidades para la vida me ha recordado el valor de la conversación en las relaciones humanas, de las palabras dichas con encanto, con gracia y humor, del poder de sorprendernos y aprender de todo y de todos. Más que nada, recordar que los “bichos humanos” (como decía Gladys, la profesora), somos sociales, que no hay un “yo” sin un “tú”, sin un “nosotros”. Esa es la mayor fuente de salud y bienestar que podemos encontrar…además es gratis, abuelita”.
  • “Hola yeya…tengo que entrenar. Así que ahora iré 3 veces a la semana al gimnasio (biceps, triceps, cuadriceps, …) y  todos los días también a entrenar la felicidad (a escuchar más y mejor, a abrir mi creatividad, mi mente, mis relaciones interpersonales, a manejar mis tensiones y emociones)”.
  • “De estos dos días me llevo la satisfacción de compartir un espacio donde se le da importancia a la palabra como elemento innegociable en la relación con los semejantes, donde las orejas estén más abiertas para escuchar, sin tanta censura hacia mí y hacia las demás personas…”

La próxima semana en Sestao y Portugalete, en el País Vasco.

 

¿Cómo regresaré a casa? Esta pregunta brota del interior de PK, un extraterrestre a quien, recién aterriza en la Tierra, le roban un llamativo collar que contiene el control con el que podrá regresar a su planeta. Alguien le aconseja ir hasta Delhi, a miles de kilómetros, donde seguramente podrán pagar al ladrón por esta joya. Allí pide ayuda a un policía para recuperar su collar, quien al enterarse de que el robo ha sucedido en un poblado lejano le dice: somos humanos, no dioses. A partir de esa escena se desata la trama de esta película de la India.

En busca de dios

PK comienza a recorrer las calles de Delhi en busca de dioses. Cada pregunta obtiene respuestas similares, al estilo de “sólo dios puede ayudarte”; “entrégate a dios y tendrás éxito”; “solo dios lo sabe todo”. En su planeta no existe nada así y su asombro aumenta cuando descubre que alguien vende imágenes de dioses en una calle: – Necesito un dios para llevar; – ¿De qué precio? Hay de 20, 50, 100, 500; – ¿Qué diferencia hay entre el dios de 20 y el de 500? – Solo el tamaño, lo demás es igual.

Con dios materializado en una estatua, PK decide ponerlo a prueba pidiéndole comida. Tiene hambre. Mientras espera a que le llegue el alimento, extiende sus manos, sentado en el suelo, en la calle, con sus ojos cerrados. Alguien que pasa por allí pone un pan en sus manos y PK confirma la efectividad de esta imagen de dios, con lo cual decide pasar a la petición más importante: – Dios, robaron mi control para volver a casa. Por favor, encuéntralo. Cierra sus ojos, extiende las manos y nada. Esta vez no funciona. Cree entonces que se le ha acabado la batería a la estatua que ha comprado y regresa a reclamarle al vendedor:

– No hago cosas imperfectas; – ¿Cómo así? ¿Usted hizo a dios o dios lo hizo a usted?; – Nos hizo a todos, yo solo hago sus estatuas; – ¿Por qué las estatuas? – Para adorarlo, para expresar nuestros problemas; – ¿Tiene un transmisor por dentro? ¿Cómo puede oírnos?; – Dios no necesita un transmisor. Oye directamente; – ¿Y por qué la estatua? – ¿Qué le pasa? ¿Quiere arruinar mi negocio? ¿Tiene algún problema? – Me robaron mi control, señor, le pido a dios que lo encuentre pero no responde; – ¡¡¡¿Qué dice? ¿Está borracho?!!!

¿Ebrio?

Sus inusuales preguntas, su particular manera de relacionar la información que va obteniendo, su deseo de comprender cómo funciona todo en este planeta, tan diferente al suyo y su apariencia en general, hacen que todos le llamen Peekay (PK), que en hindi significa borracho. Estas dos letras dan nombre a este film indio que en el 2015, año de su estreno, fue la película más taquillera de la historia en ese país. Los escándalos, polémicas y prohibiciones que suscita, ayudan a aumentar el interés en ella.

Recurso pedagógico

Los extraterrestres como PK han sido recurrentes en el cine y en la pedagogía cuando queremos escarbar un poco para comprender costumbres, creencias, ideas que, a veces, no admiten cuestionamientos. Recuerdo mi primer taller de género, en Quito, en el que la facilitadora utilizaba un recurso similar: “¿cómo le ayudamos a comprender a un extraterrestre, que acaba de aterrizar en nuestro planeta, qué diferencia a un hombre de una mujer?” Así pone ese gran recurso pedagógico sobre la mesa (una pregunta abierta con extraterrestre incluido) y el grupo agrega la materia prima necesaria para contrastar, pensar y conversar. Los saberes, poco a poco, van siendo cuestionados en la medida en que cada persona se anima a lanzar su propio punto de vista. Un taller inolvidable.

Pregúntame lo que quieras

Niñas y niños, recién llegados a este mundo, son eso, extra-terrestres que todo lo quieren comprender. Migrantes que llegan a otras culturas, también lo son. Necesitan preguntar sin temor, como el novio o la novia en casa de su familia política o la persona recién contratada en la empresa. Con tanto extra-terrestre suelto (léase personas con deseos de comprender lo que les rodea) necesitamos más y más terrícolas que sepan decir, pregúntamelo todo, como lo hace PK con la periodista de este film.

Poco a poco ha de llegar ese día en que preguntar no sea leído como estar ebrio o loco, o como sinónimo de sabotaje o irrespeto, sino como ese intenso deseo de aprehender el mundo. Ese día la educación se saldrá de las instancias educativas y dejaremos de repetir y de obedecer tantas cosas que como loros repetimos, no solo con palabras sino también con comportamientos. Este tipo de procesos son los que facilitamos en nuestros cursos cuando nos entrenamos en las habilidades para la vida, especialmente en el pensamiento o comportamiento crítico.

fotografía de Ciudadanía desde el Aula

Sí…desde el aula

Cuando escuchamos la palabra ciudadanía es posible que a nuestra mente vengan con más rapidez  palabras como “voto”, “elecciones”, “impuestos” o “derechos”; y con mucha lentitud,  palabras como “escuela”, “conversación”,  “moral” o  “didáctica”.  Y éstas sí que tienen relación con la ciudadanía. Si a una niña o a un niño, en su paso por la escuela le han dejado siempre con la palabra en la boca, su manera de ejercer la ciudadanía será muy distinta de aquellos que han aprendido a expresar su pensamiento y a escuchar el de sus demás compañeras y compañeros de clase y el de sus docentes.  Una escuela donde se construye un ambiente de confianza, de concordia, en donde las personas que forman parte de esa comunidad se sienten escuchadas y con capacidad para expresar lo que piensan, sin dudas, aporta a la ciudadanía, al ejercicio de convivir entre personas diferentes en un mismo espacio, con iguales oportunidades de participación.

Es lo que han venido haciendo, desde marzo de 2015, en el oriente de Colombia, al sur del Departamento de Santander, 90 docentes  de la Provincia de Guanentá, en zonas rurales y urbanas, coordinados por el Grupo de Investigación Tarepe, de Unisangil, con apoyo de Colciencias y de una alianza estratégica de la que EDEX también ha formado parte.

Lo que más valoramos

En marzo de 2018 se completarán los 36 meses previstos para este programa denominado Ciudadanía desde el aula.  Tras haber sido invitados a  participar en varias de las formaciones ofrecidas al grupo de docentes del proyecto “Conversar es nuestro cuento“, a lo largo de estos años,  aprovechamos la ocasión para compartir lo que desde EDEX más valoramos de esta experiencia:

  1. Otra manera de ser autoridad: Las 24 personas que hacen parte del grupo docente de este proyecto hoy tienen varias horas de entrenamiento en algo que podríamos llamar “la serenidad de su autoridad”. Están en capacidad de poner sobre la mesa -no de imponer- su punto de vista, como uno más de entre los diferentes puntos de vista de sus estudiantes.  Igualmente, con más facilidad, hoy, cuando se encuentran con una pregunta por parte de sus estudiantes a la que no saben qué responder pueden decir: “no lo sé. Pero,  ¿qué les parece  si lo investigamos juntos y hablamos de ello la próxima clase?”.  De otra parte, han dejado de subir el volumen de sus voces para lograr la atención de sus grupos. Como lo expresaba una docente en la última reunión: “en mi escuela ya no se regaña”. Para qué gritar, desgastarse y mal-tratarse, si se puede conversar.
  2. Más innovación, menos repetición: Estas maestras y maestros de primaria no sólo hoy han fortalecido su pensamiento creativo para innovar en recursos didácticos que hagan más fácil la conexión con los contenidos. También, para descubrir otras inteligencias distintas a la matemática y la lingüística. Hoy, en sus grupos no pretenden que todas las niñas y niños sean buenas para lo mismo; buscan que cada quien pueda identificar su propio talento y fortaleza.
  3. Son más optimistas ante a sus estudiantes: A medida que avanzaban en los dos aspectos anteriores, las personas docentes de este proyecto iban descubriendo que su labor como formadoras era más efectiva si dedicaban más tiempo y espacio a destacar los aciertos de sus grupos que sus errores. En otras palabras, han logrado desarrollar confianza en la capacidad de aprender que tienen niñas y niños. Y como la confianza es un búmerang, niñas y niños han logrado más cercanía con sus docentes.
  4. Saber contar lo que se hace: Tan importante como hacer bien lo que hacemos lo es también contar bien lo que se hace. Destacamos la manera en que se ha socializado la información y todos los avances protagonizados en las diferentes escuelas participantes a través de los medios comunitarios de la región y a través de las redes sociales. Esto ha representado el aumento de la valoración de esta profesión docente entre los habitantes de los diferentes municipios que han sacado sus voces y la de sus estudiantes, públicamente, dando testimonio de lo trabajado en estos meses.

Empoderamiento docente

Esto es lo que se empieza a ganar cuando la conversación entra en la escuela. En el aula lo han hecho de la mano de la serie “Cuentos para Conversar”, que pone al alcance de niñas, niños y docentes, situaciones de la vida cotidiana en las cuales proyectarse. Y fuera del aula, desde la manera en que se ha llevado a cabo el acompañamiento y la asesoría por parte del grupo Tarepe, de Unisangil. Han sabido concertar con estos docentes y con sus directivas, de igual a igual, buscando poner en práctica los mismos criterios aquí descritos: sin imponer, con confianza en su capacidad transformadora y con mucha creatividad.

Hoy estos docentes saben que a la escuela no sólo van a enseñar matemáticas, geografía, historia, o lenguaje.  Que también les están enseñando a niñas, niños y jóvenes a relacionarse con las demás personas de una manera más tranquila,  colaborativa y respetuosa.

Seguro que son muchos más los aspectos por destacar de esta experiencia que sin duda aporta a la ciudadanía en un país como Colombia donde hemos tenido décadas de entrenamiento en relaciones atravesadas por la violencia.

“No me quiero ir. No quiero que el 11 de diciembre se “apague” la plataforma del “TransCurso”. Ha sido mi bastón, mi apoyo, mi escape. Durante estas semanas encontraba sosiego y descubría muchas cosas cada vez que me sentaba con las unidades. …¿Qué puedo decir?…ME QUEDA TOOODO…me voy con el corazón y con los ojos más grandes, con 2 orejas de verdad y 1 boca… ¡creo que esto me lo aplicaré siempre! Ya lo estoy transmitiendo cuando trabajo con los técnicos y los peques. Mando un abrazo virtual, bueno, prefiero un beso…. ¡espero que volvamos a coincidir!” 

Estas fueron las palabras de despedida de una de las cuarenta y cinco participantes en la IX Edición del TransCurso, que terminó el pasado 11 de diciembre de 2015. Se parecen mucho a las palabras del resto del grupo: están cargadas de nostalgia por la partida, de alegría y sorpresa por lo aprendido y de esperanza y gratitud por haber encontrado en las 10 Habilidades para la Vida, herramientas para seguir transformando las relaciones consigo mismos, con las demás personas y el entorno (en ese orden).

Los deseos de continuar

¿Por qué no se quieren ir del TransCurso, si son 12 semanas (3 meses) y además es una formación a través de Internet? Probablemente, porque hay varias oportunidades para implicarse -en el proceso personal y grupal- y eso crea lazos. Y porque, además, resulta una experiencia emocionante y vital:

  • “Cuando empezamos el curso pensé que me aburriría, es que hemos hablado tanto de estos temas a lo largo de nuestra formación como docentes. Pero no fue así. La metodología, los tutores, los participantes, todo me encantó”.
  • “Me gustaba este contacto semanal con todos, leer los comentarios y las experiencias de personas tan distantes y tan próximas a la vez”.
  • “Los conocimientos no sirven de nada si no se llevan a la acción, y el TransCurso me llevó a poner todos mis recursos en acción. Puse acción en situaciones, para mí complicadas, que no sólo fueron resueltas y las relaciones rescatadas o reparadas, sino que siento en mí una persona distinta a la que era”.

No se quieren ir, quizás también, porque se puede respirar una pedagogía en donde todas las personas aprenden y enseñan, como suele suceder en la vida diaria, sin pretensiones, sin calificaciones, muchas veces hasta sin darnos cuenta:

“He podido relacionarme con nuevas personas y leer sus apasionantes historias de vida. Me ha gustado que me dieran apoyo cuando lo requería y me ha gustado poder ofrecerlo. Pienso que a pesar de ser un curso virtual se puede crear un cálido clima lleno de humanidad. GRACIAS A TODOAS por hacerlo posible”.

Cambios que se notan

Y, finalmente, creemos que las personas no se quieren ir del “TransCurso” porque el entrenamiento en Habilidades para la Vida da buenos resultados en el plano de las relaciones: “mis hijos se sienten mejor con mis cambios”; “La relación con mi esposa ha mejorado, está asombrada de mi actitud”; “Hoy puedo decir que mi relación con mi familia mejoró gracias a que puse en práctica lo aprendido en el curso”; “Esta semana decidí divorciarme”.

A nombre de todo el equipo docente de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, gracias a las personas, que aparecen arriba en la fotografía, por habernos acompañado en el TransCurso entre septiembre y diciembre de 2015. Aprendimos mucho en su grata compañía.

Despedida y bienvenida a la vez

Resulta inevitable cerrar este post con más palabras de despedida de este grupo que son a la vez palabras de bienvenida para quienes se animen a formar parte de los nuevos grupos: el de la X Edición, que se realizará del 22 de febrero al 22 de mayo de 2016; el de la XI Edición, entre el 30 de mayo y el 19 de agosto o el de la XII Edición que irá del 19 de septiembre al 9 de diciembre de 2016:

“Como cada lunes a estas horas, desde hace varias semanas, me siento frente al ordenador y frente a la ventana de la habitación para iniciar la tarea semanal del Transcurso. Esta vez será la última. Hace mucho frío en el norte de España; pero, hoy, después de días de lluvia, ha salido el sol. Y eso me pone de buen humor. Simplemente quería despedirme de todos ustedes, escribiendo que ha sido un placer haber compartido un espacio virtual y un tiempo de aprendizaje y de crecimiento personal, grupal y metodológico. Anoche estuve viendo en la televisión una entrevista a Pepe Mújica, el ex-presidente uruguayo (siempre que le escucho, me entran unas ganas irresistibles de hacerme uruguayo). Decía: “tal vez sea el momento de dejar de pensar como españoles, como uruguayos, como chinos… y ponernos a pensar de un modo global y colectivo. Los problemas en África son nuestros problemas, la contaminación de los océanos es nuestra contaminación, las bombas que caen en Siria, están cayendo también encima de nuestras cabezas”. Eso es lo más preciado que me ha concedido haber participado en el Transcurso: ahora tengo los ojos más grandes. Un abrazo y hasta siempre”.

Con testimonios como los que hemos compartido, que se repiten edición tras edición, se renuevan los ánimos de EDEX, promotora del TransCurso y los de la Cátedra de Promoción de la Salud de la Universidad de Girona, que nos acompaña en la acreditación. Si decides formar parte de estas nuevas ediciones, puedes matricularte únicamente, un mes antes de cada inicio, ingresando a http://escuela.habilidadesparalavida.net/login/index.php

Para más información escribe a escuela@edex.es

Virginia ImazA Virginia Imaz la conocimos en Portugalete en 2005, cuando EDEX organizó el I Seminario Internacional de Habilidades para la Vida. Apareció así, de repente, con toda la fuerza que traen las buenas sorpresas. Aunque en el programa figuraban las “Clownclusiones”, nadie se imaginaba lo que sería. Incluso, más de una persona llegó a pensar que habíamos digitado mal la palabra “conclusiones”.

Durante 11 años, Virginia fue maestra. Hoy es payasa profesional, narradora de cuentos y fundadora de Oihulariklown, un grupo de teatro que se le conoce, sobre todo, por esto de las “clownclusiones” que son una práctica que mezcla el análisis institucional y las relatorías con la improvisación clown.

Cuando conferencistas y panelistas han hecho sus intervenciones, ella aparece, como por arte de magia, en la escena. Lleva consigo varias hojas de notas (la chuleta), que ha tomado de todas las presentaciones, su nariz de clown y una maleta de cachivaches que le ayudan a construir eso que ella llama “metáforas transformadoras”. Lleva escaleras de albañil, pollos, mundos inflables, cuentos y espejos, entre muchos recursos más, con los que le devuelve al público, “mezclados como ensalada”, un buen manojo de voces e ideas que se han escuchado durante el evento, con el aliño del humor.

De su trabajo destaco, especialmente, dos aspectos: el primero, que sea un cuerpo y una mente de mujer las que nos seduzcan a pensar sobre lo que pensamos, a relativizar nuestra mirada, a “aligerar el exceso de seriedad y gravedad” que se imponen en este tipo de eventos. Y el segundo, que nos haga reír, no sólo tanto sino sobre todo, tan bien reído (primero de sí mismos) y de manera tan oportuna: un cierre de Jornadas y Congresos con broche de oro.

Y lo de cerrar, es relativo. Su aporte, en realidad, abre la mente y el corazón de todas las personas participantes, nos despierta y nos deja con ganas de volver sobre el tema, con la motivación necesaria para avanzar en él.

En EDEX le hemos pedido que nos acompañe en los cuatro Seminarios Internacionales de Habilidades para la Vida que hemos celebrado entre 2005 y 2015. Es una manera de homenajear a la alegría que, desde nuestro enfoque pedagógico, es una de las invitadas que no puede faltar en todo proceso de aprendizaje, sobre todo en los que tienen que ver con las Habilidades para la Vida.

Virginia, también, nos acompaña, desde 2012, en nuestra oferta digital a través de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida. Para la IX Edición del TransCurso, que iniciará el próximo 14 de septiembre de 2015, está prevista como conferencista invitada para chatear sobre la creatividad en la vida cotidiana, que tanta falta nos hace a las personas cuando nos relacionamos con nosotras mismas y con las demás.

Les invito a escuchar, aquí abajo, a Virginia. En pocos minutos nos cuenta cómo logra lo mucho que logra con las clownclusiones y para qué sirven:

Entrevista Virginia Imaz

 

“Einstein decía que «la educación es aquello que queda después de olvidar todo lo que nos han enseñado». Comparte en este foro lo que ha quedado en ti después de este TransCURSO. Se reciben también despedidas y manifestaciones de aprecio o “desprecio” que broten espontáneamente”.

Con este texto y con esta fotografía,  se plantea el foro titulado “Lo que nos queda” para que el grupo de participantes del TransCurso se despida y comparta su experiencia después de tres meses de formación –online- en Habilidades para la Vida (HpV).  Y es de los comentarios allí publicados y de la evaluación que realizamos, de donde hemos extraído tres claves pedagógicas para el aprendizaje de estas habilidades: emoción, conversación y transformación. Con mucha alegría y satisfacción vemos que, tras siete ediciones realizadas, estamos cumpliendo los objetivos que nos planteamos. La docena de fragmentos seleccionados, que copiamos a continuación, son una muestra de los aprendizajes más reiterados por los grupos:

  • Me voy con una dependencia menos (el cigarro) y con unas metas más. Me voy con una apuesta en firme por mi salud y por el cambio, cambio en cuanto a intentar mejorar lo que me rodea. Me voy repleta, llenísima y a la vez más ligera. Creo que he escrito sobre cosas que no había verbalizado antes y esto alivia carga…”
  •  “Del curso me gustó que fuera muy entretenido. He adquirido un montón de recursos para poder hacer llegar a más personas la “bondad” de las habilidades para la vida. Me gustó mucho también el hacer ejercicios tan personales (cómo cuesta aplicar todo a una misma!) Muchas gracias a todo el grupo, a companer@s, a profesorado… Todo ha sido mágico”.
  • “Otro aspecto bien especial que me llevo de este Transcurso es que me permitió dedicar un tiempo para mí, hacer consciente lo importante que es cuidarnos antes de cuidar a otros. Más que la teoría que profesionalmente conozco, vivenciarlas fue fabuloso.
  • “Hay una frase que me gusta y la quiero compartir. Es de Benjamin Franklin y dice: “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. Precisamente esto ha pasado en este Transcurso al enseñarme e involucrarme. Mi aprendizaje ha sido más significativo. Fue un curso muy innovador, creativo y de participación de todas y todos”.
  • “Tomar parte en este curso fue una excelente oportunidad para conocer a otras personas, otras realidades, e interactuar a través de foros, textos e historias personales. Eso es todo lo que quiero aprender en la vida. Creo en la educación para romper la rutina de los planes de estudio y que puede ir más allá de las paredes de las escuelas”.
  • “Me parece que el aprendizaje entre pares se dio de una manera poco usual al no “vernos” con los ojos; sin embargo nos pudimos ver con el alma… y el conocer a otros y compartir experiencias y comentarios fue de mucha riqueza”.
  • He llegado al final del TransCurso y me llevo una sensación de conexión, hasta íntima, con un montón de gente de éste y aquél lado, incluso hasta cierta sensación de pena porque se termina…”.
  • “Me voy con una biografía a revisar, con necesidad de trabajar y mimar mis relaciones, de hacer más grata la vida a la gente que me rodea queriéndoles mejor, porque mucho ya les quiero”.
  • “Se me saltan las lágrimas y a la vez me siento feliz. Qué afortunada haberos encontrado. Me habéis dado la oportunidad de re-enamorarme de mi misma, de aceptarme con mis defectos y mis virtudes, de tomar las riendas…”
  • “Es una pena que se termine, porque para mí formabais parte de mis tardes-noches, momento del día que me daba el espacio para poder estar con vosotr@s”.
  • “Este curso es la experiencia más hermosa que me ha sucedido en los últimos años, es para vivirlo extasiarse de él, sacarle provecho, es para vivir mejor conmigo, con los demás y con mi entorno”. 
  • “¿Cómo me voy? Muy satisfecha y segura de que la decisión de inscribirme fue excelente. Realmente me encantó el curso”.

Tras leer estas palabras, que provienen de personas mexicanas, venezolanas, colombianas, españolas, nicaragüenses, uruguayas, ecuatorianas, brasileras, cubanas, paraguayas, dominicanas, costarricenses, argentinas, chilenas, puertorriqueñas, salvadoreñas y guatemaltecas, que han vivido con Fundación EDEX esta experiencia, todas ellas vinculadas, desde diferentes escenarios, con el mundo de la educación de niñas, niños y jóvenes, nos quedan, entre otros, los siguientes aprendizajes:

  • Que las Habilidades para la Vida (HpV) son un gran soporte para fortalecer nuestra capacidad de vinculación.
  • Que los espacios u oportunidades que se creen para entrenarnos en estas habilidades deben propiciar eso: vínculos revestidos de afectos y emociones gratas.
  • Que resultan significativas y coherentes aquellas experiencias pedagógicas que ponen su acento en la conversación entre iguales, desprovistas de un centro que pone una calificación e impone un punto de vista, que busca acompañar y hacer fluir la riqueza desde las diversas partes del proceso.

Hace unos días, Miguel Costa Cabanillas, a quien solemos invitar para que nos deleite con una conferencia-chat, a manera de cierre en el TransCurso, nos regaló generosa y espontáneamente estas palabras:

“He tenido el privilegio de asomarme al mejor curso del planeta Tierra –ni es broma, ni adulación, es sencillamente, admiración y reconocimiento- y, honestamente, no he visto a lo largo de mi carrera profesional un curso tan bien hilvanado, confeccionado, motivante, empoderador y validante. Es un curso único en eso de dejar huella en el alumnado y en los monitores.  Los criterios me alucinan por vuestra capacidad e ingenio para comprometer a los participantes y promover un aprendizaje experiencial. Por otra parte, el tema (HpV) tiene una importancia estratégica de tal naturaleza que merecería evaluarlo –me imagino que lo estáis haciendo- y enviarlo a la OMS como ejemplo de buenas prácticas para el Desarrollo Humano. Un fuerte abrazo con deseo de que tengáis un gozoso 2015″.

Todo lo anterior nos motiva a continuar con este TransCurso, que el próximo 23 de febrero inicia su octava edición. De igual manera, ha sido el combustible para cocinar la segunda oferta online de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, esta vez dirigida a familias, que esperamos iniciar el próximo otoño. Conservaremos la cercanía, la emoción y el enfoque vivencial logrado en esta experiencia. Innovaremos en todo lo necesario para humanizar más nuestras maneras de aprender, de relacionarnos y de acompañar a nuestras niñas, niños y jóvenes.

  • Recursos didácticos Edex
  • eDucare
  • Los Nuevos Vecinos
  • Retomemos