1. Solicitar a los países dedicar al menos el 25% de su estrategia y presupuesto de reducción de la demanda de drogas a la prevención para 2030.
2. Promover un enfoque de prevención dirigido a todas las edades del desarrollo y favoreciendo una prevención más temprana.
3. Fomentar la investigación y la evaluación para evitar estrategias de prevención ineficaces o contraproducentes.
4. Ampliar la visión de las respuestas preventivas para desplazar el enfoque centrado en las drogas hacia el individuo y la comunidad.
5. Incorporar enfoques interseccionales en la prevención que abarquen todos los colectivos en riesgo.
6. Impulsar sistemas de prevención que involucren múltiples actores y que documenten la efectividad y rentabilidad para su implementación global.
7. Proporcionar cobertura universal desde un continuum de atención.
8. Priorizar la acción en los países de renta baja y media.
9. Capacitar a las generaciones actuales y futuras de profesionales de la prevención.
10. Dar seguimiento del estado de las políticas de prevención a través de una supervisión responsable.
El periodo de adhesiones a la Declaración comenzó el 1 de enero de 2024, y en el momento de publicar esta entrada somos ya 1081 las organizaciones de los cinco continentes que la hemos firmado.
Un nuevo espaldarazo a la prevención por la que venimos apostando ininterrumpidamente desde la década de los 90 del pasado siglo XX con programas como La aventura de la vida y Unplugged, entre otros.