Los consumos que vienen
Nadie tiene la menor idea sobre
cómo será esa «nueva normalidad» de la que tanto se habla. ¿Qué
quedará como estaba? ¿Qué cambios se avecinan de los que aún ni siquiera somos
conscientes? ¿Qué nuevos hábitos se impondrán? ¿Qué prioridades definirán las
políticas públicas de los próximos años? ¿Hasta qué punto la anunciada debacle
económica será tal?… Un amasijo de enigmas, responsable de la incertidumbre
imperante. De lo que sí podemos tener certeza es de que las drogas se van a
seguir consumiendo:
En el momento de redactar estas líneas son varios los estudios que se están realizando, impulsados por diversas instituciones y entidades, para conocer el estado de los consumos de drogas durante el periodo de confinamiento? Veremos qué cuentan. Y veremos qué procesos se desencadenan tras la desescalada.
La necesidad de mantener el pulso de la prevención
Como era de esperar, buena parte de los recursos públicos relacionados con la salud y el bienestar social se están focalizando en iniciativas orientadas a atender situaciones de emergencia. También en el campo de las adicciones. Son muchas las necesidades a atender, a la vez que son limitados y menguantes los recursos disponibles. En este afán tan comprensible por centrarse en las urgencias inmediatas de toda índole, podemos correr el riesgo de dejar para un futuro incierto toda inversión en prevención. Confiamos en que no sea así, y en que, entre las prioridades a contemplar para afrontar esa «nueva normalidad» y el sinfín de dificultades que traerá aparejada, una vez superado el shock inicial, la racionalidad haga evidente la necesidad de destinar recursos también al compromiso con la educación para la salud y, en el caso que nos ocupa, la prevención del abuso de drogas. No vaya a ser que desmantelemos todas las iniciativas existentes y a la vuelta de unos años nos demos de bruces con una situación indeseable.
Una prevención mixta entre lo presencial y lo online
Por nuestra parte, seguiremos haciendo lo posible por consolidar nuestra apuesta por la prevención, a través de programas conocidos como ¡Órdago!, Unplugged o Retomemos. Además, continuaremos acomodando nuestros desarrollos a las necesidades y posibilidades de un tiempo en el que, al parecer, la vida será a todos los niveles resultado de una fusión dinámica entre una dimensión presencial (caracterizada por la protección frente a patógenos imprevisibles) y una dimensión digital. Continuaremos impulsando las versiones online de nuestros programas de educación para la salud y prevención, como es el caso de Cuentos para conversar o La aventura de la vida. Por el momento, las versiones en euskera de la mayor parte de nuestros programas educativos relacionados con la educación para la salud, la prevención de adicciones, las habilidades para la vida y áreas relacionadas como la convivencia, están recogidas en la plataforma KutxaEskola, para la que buscamos apoyo.
Continuaremos impulsando procesos formativos online (y esperemos que también presenciales) a través de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida. Iniciativas de formación como:
Nos mueve la convicción de que también en el posconfinamiento la prevención será necesaria. Puede que incluso más. Confiamos en que la respuesta a lo inmediato deje también tiempo, lugar y recursos para pensar a más largo plazo y darle su oportunidad a la prevención.