Hace unos meses me crucé con Gloria, una exalumna de nuestra Escuela. Participó en la 2a. Edición de El TransCurso en 2012 y nos hicimos una cita en zoom para conversar sobre cómo había vivido su formación en Habilidades para la Vida y qué había pasado desde entonces:
– Gloria – Ex – TransCursionista: “Yo me apunté medio obligada en El TransCurso. La primera semana escribía por escribir hasta que la tutora se dio cuenta que me faltaba la esencia, me escribió y me metí. Fueron tres meses de crecimiento personal bestial. Me costó entrar pero gracias a la ayudita que me dio la tutora, entré y realmente lo viví”.
– Gladys: ¿Por qué crees que estabas así al comienzo?
– Gloria – Ex-TransCursionista: “Soy una persona educadora que estoy siempre al servicio de los otros y uno no se da cuenta que tiene que comenzar por uno mismo. Esa fue la gran revelación del curso. Y así lo hice. Empecé por mí misma. Y de hecho, lo terminé y aún me estoy formando. Ahora estoy estudiando educación emocional. Fuisteis mi fuente de inspiración, de verdad. Este trabajo creo que no acaba nunca”.
¿Cuánto tiempo se requiere para autoconocerse, para sintonizar con lo que queremos en la vida, con el tipo de persona que nos interesa ser y no ser, para identificar con qué recursos personales y sociales cuento para lograrlo? Como nada es inmóvil y los vientos no siempre estarán a nuestro favor, transformarnos, adaptarnos a nuevas circunstancias, necesidades o deseos, nos dará la posibilidad de seguir volando. Por eso, formarnos en Habilidades para la Vida no es un asunto de tres meses ni de seis años. Quizá, como lo dice Gloria, no termina y está llena de muchos “empiezos”, como la espiral.
Nuestra Escuela está disponible para que tengas un buen comienzo en esto de aprender a conectar contigo, con otras personas y con tu entorno social. Conoce la programación.
No siempre es una desventaja ocupar el último lugar. Es lo que pasa con diciembre. Es un mes que se espera con ansias porque cierra etapas y porque sorprende con sus celebraciones. La que más nos gusta es la del 10, en la que se conmemora la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Tras una guerra, como la que finalizó en 1948, la humanidad se la inventó para garantizar lo fundamental: el derecho a existir, tal y como somos las personas: diversas.
Y nos gusta recordar esta gran “garantía” que tenemos las personas porque es la que llena de sentido el trabajo que hacemos en Fundación EDEX en torno a las 10 Habilidades para la Vida (HpV). Humanamente hablando, de nada sirve entrenarnos en creatividad, empatía o en cualquiera de estas habilidades psicosociales si con ello ponemos en riesgo la autonomía o la vida propia o ajena. Por eso, los derechos humanos y la ética del cuidado son los dos grandes pilares que sustentan nuestro trabajo.
Para qué sirven y para qué no sirven estas HpV
En un primer momento, las 10 Habilidades le sirven a un colectivo
o a una persona para darse cuenta del tipo de relaciones que ha venido tejiendo
a lo largo de su vida. Podrá reconocer si han sido relaciones en las que se
sienten con menos o más derechos que las demás personas; si están basadas en la
confianza o en el miedo; si roban o aportan energía, o si las partes pueden ser
auténticas o si fingen ser lo que no son.
Luego de reconocer el estado de sus vínculos, tanto en calidad como en cantidad, las Habilidades para la Vida permiten diseñar y poner en marcha un proceso, a la medida, no estandarizado, con el que es posible, gradualmente, transformar las relaciones que se quiera: consigo mismas, con otras personas o colectivos y con el contexto. Y el resaltado está cargado de sentido. Sabemos que podremos tener algunos resultados si en verdad nos importa tener una relación de igual a igual con alguien. Sin esa voluntad no habrá avances porque no siempre será fácil. Lo cierto es que el camino para lograrlo será muy enriquecedor.
El fortalecimiento de la autonomía
En las diferentes formaciones, tanto presenciales como en línea, que realizamos en la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, algunas personas esperan que estas 10 destrezas les ayuden a transformar a otras personas, por ejemplo a su pareja, a su jefe, a su hijo adolescente o a sus estudiantes “desobedientes”. Y más temprano que tarde descubren que “solo” sirven para cambiar la relación que tienen con estas personas. Y decimos solo, entre comillas, porque no es poca cosa. Cuando nos empeñamos en transformar la relación “con” y no a la persona o colectivo, corremos el lindo riesgo de influirles; así serán ellas mismas quienes decidan emprender sus propias transformaciones. En cambio, cuando el empeño lo ponemos en cambiar al otro, estamos echando por la borda la razón de ser de estas habilidades para la “vida”, que no es otra que el fortalecimiento de la autonomía, de la propia capacidad para decidir.
Matrículas abiertas
Si en este momento deseas iniciar un proceso de entrenamiento para transformar las relaciones que tienes contigo, con otras personas (conocidas o no, cercanas o lejanas) o con el contexto (en tu rol ciudadano), de manera que “garanticen” tu particular forma de ser y la de las demás, puedes matricularte en alguno de los tres cursos en línea que aquí presentamos. En los respectivos enlaces encontrarás las fechas de inicio, los contenidos, la duración, el precio de la matrícula y demás características de estos cursos. Si deseas tener información sobre formaciones presenciales, puedes escribir a edex@edex.es
Esperamos que este 2020 que está por comenzar, sea una buena
oportunidad para abonar viejas relaciones o sembrar nuevas.
A nombre de todo el equipo de Fundación EDEX, felices fiestas.
*La espiral es la imagen de nuestra Escuela porque nos recuerda el giro sobre nuestro propio eje y la aproximación permanente hacia las demás personas.
Cuando leímos las diferentes evaluaciones y comentarios en los foros de despedida, quedamos con un gran desafío: ¿cómo contar lo que ha sucedido? ¿Cómo escoger entre tanto testimonio valioso de aprendizaje y transformación? La sensación era como la que queda cuando leemos un libro y lo queremos subrayar todo. Así que hemos decidido, con el permiso de las personas que conformaron este grupo, construir una colcha de retazos con sus frases más reiteradas y más significativas (especialmente, a la luz del Nuevo Modelo Educativo Mexicano y de los objetivos que nos trazamos en este proceso, desde la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, de Fundación EDEX, junto con la Secretaría de Educación Pública y la Dirección General de Innovación y Fortalecimiento Académico (DGIFA)). Disfrútenla y arrópense con ella. Insistimos en que las colchas nos gustan mucho, aunque tengan mala fama, porque al juntar aportes individuales resulta un trabajo colectivo, único y colorido:
“Quiero decirles que me siento triste porque el curso se acaba. Al inicio me dio pereza pensar que serían ocho largas semanas”. “Yo también al principio pensé que el curso me iba a quitar tiempo, que no me iba a aportar nada como los cursos que en ocasiones nos dan, pero mira que chasco me llevé. Fue un curso muy atractivo”. “Unidad tras unidad las experiencias fueron más y más ricas y vivenciales”. “Este curso me ha ayudado a regular mis emociones ya que soy muy enojona y doy respuestas de mala manera”. “Quiero agradecerles el que me hayan permitido revalorarme, reconocerme, saber que puedo ser feliz y hacer que otros sean felices, pero todo esto no lo hubiera logrado sin ustedes”. “Ante tanta normatividad y situaciones que atender, perdemos esta sensibilidad. Me sentí muy a gusto”. “No hubo una preocupación por una calificación sino un compromiso conmigo misma por poner en marcha lo aprendido”. “A pesar del exceso de trabajo, me daba un tiempo para ingresar a la plataforma, ya no porque “tengo que”, sino porque “quiero, me gusta, me siento a gusto”. “Este curso me ha invitado a expresar en ocasiones lo que me hace sentir incómoda sin molestar a nadie, también a expresar lo que me agrada, lo que me gusta hacer y lo que no”. “Tuve la oportunidad de replicar el curso a mis compañeros y me fue muy bien, se mostraron muy motivados con el tema”. “Las conferencias estuvieron geniales”. “Estos cursos son los que nos hacen falta tomar, y los que necesitamos”. “Soy una persona bastante solitaria y por dos meses tuve una gran familia”. “Mi mente está inspirada para trabajar con los alumnos, apoyar a los docentes y ser una mejor persona”. “Este curso me encantó, fue totalmente distinto a los que he tomado”. “A pesar de la carga de trabajo en la escuela yo disfruté este curso pues fue como una relajación, era un tiempo para desprenderme de mi realidad y conectarme conmigo misma”. “No hubo palabras de más, ni de menos”. “Nos fueron llevando como la cebolla, capa por capa”. “Estoy plenamente convencida que primero tengo que desarrollar las habilidades para la vida en mi persona para ser un ejemplo para mis alumnos y mis hijas, así que sigo en mi proceso de aprendizaje”. “Me llevo nuevos recursos para mi práctica docente. Es una muestra de que sí se puede, a pesar de lo que nos bloquea el camino, llegar a una formación integral de nuestros alumnos”. “No fue un curso más, fue un regalo de vida”. “He jugado mucho más con mi hija”. “Mis compañeros de trabajo me hacen comentarios, que me ven diferente, que si algo pasó en mi casa o que si cambié de look, a lo que les respondo que solo he cambiado de actitud”. “En estos dos meses de trabajo he aprendido que así como enseñamos a leer, escribir o matemáticas, tenemos la gran responsabilidad de enseñar o compartir Habilidades para la Vida, pero, ¿cómo enseñarlas o compartirlas cuando nosotros las tenemos tan olvidadas, descuidadas o simplemente dormidas?”. “Si bien somos profesores también somos aprendices en este quehacer de vivir”. “Lo que me queda es quitar prejuicios, para mi es algo que me venía estorbando en mi vida y no lo había identificado”. “Los alumnos han bajado su nivel de respuestas agresivas ante un conflicto. Ahora, cada vez que se les presenta una situación de problema, los alumnos dicen “tenemos que resolverlo por la vía de la oportunidad y creatividad”. “Desde el primer día del curso, el presencial, me sentí con una energía renovada, regresaron a mí los deseos de superación, de ser mejor para poder impactar en mi entorno y así ayudar a las personas a ser felices”. “Me queda un sin fin de elementos que hacen un tanto más didáctica mi práctica, de hecho se vuelve lúdica, permitiendo a los alumnos estar más motivados en la clase”.“Tengo más claro que debo y quiero cambiar mi carácter, desarrollar más la empatía”. “Juzgo menos a las personas que no piensan como yo, soy más flexible cuando las cosas no me salen como las había planeado”. “He trabajado en demasía el manejo del estrés y emociones”. “Mi meta fue dejar de ser una persona indecisa y preocupona”. “En este curso nos trataron con respeto, le dieron valor a nuestras ideas, conocimientos y experiencias”. “Al principio comentar las tareas de los demás me costaba trabajo pero como avanzaba el curso me fue dando más confianza”. “Me quedan bonitas experiencias de haber trabajado con varios grupos actividades del Programa Nacional de Convivencia Escolar en relación a la empatía, al auto-respeto, al cumplimiento de la palabra”. “En estas semanas he aprendido a decir no y a valorarme mucho más”. “Traigo mi pulsera en la mano y cada que voy a decir algo desagradable o hacer algo que afecte a los demás, como por arte de magia la veo, la cambio de mano y ya en ese tiempo razono lo que iba a decir y ya no lo hago”.“Estoy completamente seguro que todos tuvimos un antes y un después del taller. Yo me quedo super agradecido y satisfecho de lo que viví en esta plataforma”. “A pesar de que no tuvimos sesiones presenciales se sentía tan cálido y personal, en ocasiones es más sencillo abrirse cuando nadie nos observa”. “Considero que es importante dar acompañamiento en la forma como deben trabarse los libros del Programa Nacional de Convivencia Escolar. También es conveniente dar seguimiento al impacto de las actividades de PNCE en las habilidades para la vida de los educandos”. “Los materiales proporcionados realmente permiten materializar en el aula el trabajo con las habilidades para la vida”. “Cada sesión fue una reflexión introspectiva que en ocasiones no era muy grata porque me tenía que autocriticar”. “Como sugerencia sólo considero que la moderación en foros debe ser más constante y cercana”. “Mis respuestas ante un conflicto son totalmente diferentes a las anteriores al curso, he podido constatar que manejar una comunicación asertiva me ha dado tranquilidad en mi entorno laboral”. “Ahora puedo decir plenamente hay cursos que valen la pena y que transforman nuestra vida. Gracias por ayudarme a descubrir “mi materia estelar” y ayudarme a brillar con luz propia”. “Me gustó porque hubo de todo en los documentos base: ligas para reflexionar, reír, cantar”. “Este curso fue un oasis en mi vida”. “Logré en este curso transformaciones que nunca me imaginé, como tomar decisiones sin miedo”. “Es el primer curso que tomo para mí, no para mis alumnos o la escuela, pero siendo mejor yo, se pueden establecer mejores relaciones en la escuela y formar así mejores alumnos y mejores ambientes de trabajo. No quiero que termine. Me hizo sentir viva”. “Considero que este enfoque “humano” es lo que hace falta. Conozco una supervisora que dice “maestros felices, alumnos felices” aunque lo dice mucho en broma, es una realidad, si nosotros estamos bien daremos el máximo”. “Estos dos meses, que se han pasado como agua”. “Y en esta estación nos bajaremos. Todos hemos llegamos a la terminal y emprenderemos nuevos caminos”. “El material es muy padre, atractivo y divertido para los alumnos, además de que es muy manejable e interesante! gracias por todo, no quisiera que terminara, pero en fin…”. “Confieso que he crecido como persona. Incluso en ocasiones me siento como si fuera otra persona”. “Creo que ya me había acostumbrado a esta interacción entre los del otro lado de la pantalla y yo… los extrañaré, en serio… y ni yo misma me la creo estar escribiendo esto, fue grato”.“Sugiero que la SEP realice los convenios necesarios para que también los docentes puedan tener acceso a este curso porque no hay como vivirlo para apreciarlo como se debe. Gracias por todo. Creo que aquí sí se hizo una buena inversión de los recursos destinados a la educación”. “¡Híjole, la despedida!”.