Por Cristhiam Álvarez, Coordinador de Estrategia e Innovación de Visión Mundial Costa Rica. (cristhiam_alvarez@wvi.org)
En el 2014, World Vision Costa Rica (World Vision) aplicó tres herramientas estándares con la población patrocinada de sus programas en tres regiones del país, con el fin de medir las habilidades para la vida de niñas y niños de forma objetiva y científica, enfocando tres áreas del bienestar en particular: las habilidades fundamentales y esenciales para la vida, los elementos o activos[1] del desarrollo y el alfabetismo funcional.
Los datos tabulados a partir de la aplicación de las herramientas brindan información pertinente, relevante y oportuna tanto para World Vision en el país, como también para otras partes socias involucradas en el trabajo en pro del bienestar de la niñez y la adolescencia. Se espera que la información de dicho estudio contribuya con los espacios de análisis de distintas instancias, a nivel local y nacional, sobre la situación del bienestar de los niños y las niñas en Costa Rica, con el fin de generar sinergias y esfuerzos conjuntos para reducir las brechas que ponen en condiciones de vulnerabilidad a la niñez y la adolescencia del país.
El enfoque de habilidades para la vida
World Vision define las «habilidades para la vida», como un conjunto integrado de competencias personales, interpersonales y de pensamiento crítico que las niñas y los niños requieren para su desarrollo pleno y productivo. Estas competencias preparan a los niños y las niñas desde que nacen hasta los dieciocho años para que gestionen sus pensamientos, sentimientos y expresiones en la vida cotidiana así como en situaciones difíciles tales como pobreza, crisis, conflicto o marginalización. Para World Vision las habilidades para la vida son un componente central del desarrollo complementarias a las habilidades numéricas y de alfabetismo, pues sin las primeras las últimas son difícilmente adquiridas.
En su marco teórico, World Vision distingue las habilidades para la vida fundamentales, esenciales y aplicadas, desde un enfoque etario. Las habilidades fundamentales se desarrollan en la temprana infancia (de los 0 a los 5 años): percepción, propiocepción, destrezas motoras, ritmo, expresión oral e integración sensorial, que son críticas para el proceso de alfabetización inicial y para las subsecuentes etapas. Las habilidades esenciales se desarrollan de los 6 a los 11 años, enfocándose en: pensamiento crítico, manejo emocional, comunicación, relaciones sociales y responsabilidad social. En la etapa de adolescencia (de los 12 a los 18 años) se distinguen las habilidades aplicadas: estilos de vida saludables, participación y ciudadanía, emprendimiento, construcción de paz, autoprotección, resiliencia y cuidado del medioambiente.
El enfoque de World Vision sobre las habilidades para la vida considera cuatro principios esenciales: que la mayor parte del aprendizaje de los niños y las niñas sucede en etapas iniciales de su desarrollo, que requieren ambientes seguros para que ese aprendizaje sea efectivo, por medio de la atención amorosa y consistente, la aceptación y la ternura de al menos una persona adulta, y que aprenden jugando y explorando, observando y emulando lo que las demás personas hacen. No obstante, y desde una perspectiva ecológica, ese proceso de aprendiencia toma lugar por medio de interacciones con los distintos ambientes en los cuales los niños y las niñas crecen, por ello World Vision aplica un enfoque basado en la comunidad, haciendo conciencia sobre la importancia del desarrollo de esas habilidades en los niños, niñas y adolescentes.
En ese sentido, Search Institute®[2] define los «elementos del desarrollo» como el conjunto de destrezas, experiencias, relaciones y conductas que potencian el crecimiento de niñas y niños, contribuyendo con su formación como personas adultas, desde la premisa de que si las personas adolescentes y jóvenes cuentan con abundantes elementos del desarrollo tendrán mayores oportunidades de crecer en forma saludable y positiva, previniendo al mismo tiempo la aparición de trastornos emocionales o de comportamiento.
Sobre los resultados
Del estudio se concluye que, en general, los elementos internos y externos que inciden en el desarrollo y bienestar de los niños y las niñas tienen puntajes aceptables pero no óptimos, en los cuales aún queda mucho trabajo por hacer. Uno de las dimensiones que genera mayor preocupación es la del uso positivo del tiempo libre, donde las personas adolescentes manifiestan mayores desafíos y limitados espacios en sus distintos contextos familiares, comunitarios, escolares y sociales. Lo anterior subraya –al igual que otros estudios que se han acercado al tema– la importancia de identificar estrategias de acompañamiento que generen mayores espacios desde la recreación, la cultura, el arte y el deporte para los distintos grupos etarios.
Por su parte, las habilidades esenciales y fundamentales para la vida (aquellas que empiezan a desarrollarse desde muy temprano en la infancia) evidencian serios rezagos acorde con las edades de los niños y las niñas a quienes se aplicó la herramienta, logrando un promedio general de 2,26 (a todos luces deficiente si se compara con el promedio esperado para la edad de 3,0). Habilidades tales como expresión figurativa (uso de la imaginación y la creatividad), análisis y aplicación de distintos lenguajes simbólicos y literales, así como el uso de las habilidades numéricas evidenciaron promedios por debajo de lo esperado para las distintas edades. Lo anterior preocupa no solo por sus implicaciones para el desarrollo de otras destrezas de índole académica sino por su impacto en el desarrollo integral de los niños y las niñas.
Finalmente, se confirma un importante rezago en términos de las destrezas de lectoescritura de los niños y las niñas; es preocupante que solamente el 17% de ellos y ellas puedan inferir a partir de lo leído, es decir, hacer uso del pensamiento crítico a partir de la comprensión lectora, en una etapa en la que dicha habilidad ya tiene que estar lo suficientemente desarrollada para su desempeño en el sistema educativo pero también para su integración productiva como ciudadano.
[1] Del inglés assets. En este documento se define como todo bien o recurso no material que forma el capital social del cual disponen las personas adolescentes y jóvenes en sus entornos o contextos (familiares, comunitarios, sociales), así como en el nivel personal (elementos internos y externos del desarrollo). [2] Para mayor información, por favor dirigirse a: http://www.search-institute.org/research/developmental-assets
Comentarios para "World Vision Costa Rica evalúa su trabajo en Habilidades para la Vida"