No prejuzgar consumos

Al igual que un vaso de vino no hace a una persona alcohólica, ni un cigarrillo la convierte en fumadora, un adolescente que fuma ocasionalmente “porros” no es un drogodependiente.

Este consumo no le llevará forzosamente hacia productos o formas de consumo cada vez más peligrosos. La familia y los amigos pueden ayudarle a tomar conciencia de los riesgos, facilitándole informaciones básicas, claras y precisas que ayuden a evaluar sus debilidades y sus puntos fuertes. Frente a la oferta de productos y la influencia del entorno, es más fácil escoger opciones responsables.

Los consumos abusivos y las dependencias forman parte a menudo de un conjunto de comportamientos de riesgo o de síntomas que reflejan dificultades pasajeras más profundas, de las que se es preciso ser consciente.

Un adolescente que fuma ocasionalmente porros no es un drogodependiente.